Terrores nocturnos

domingo, 13 de noviembre de 2011

Fritz Haarman, El vampiro de Hannover



Diedrich Heinrich Karl, apodado el vampiro-carnicero de Hannover, ya que el nombre de “asesino en serie” era desconocido en la Alemania de 1928.

Fritz, el diminutivo con el que era conocido; nació en Alemania en 1879. Era el miembro de una familia marginal en un barrio pobre. Su padre era fogonero en el ferrocarril y la herencia que había recibido su madre mantenía numerosa familia. Su carácter retraído, tímido e inseguro hacia que se acercara más a sus hermanas y que huyera de cualquier actividad violenta o luchadora.

Sus padres intentando endurecer su carácter y que sus notas mejoraran, lo ingresaron en una academia militar. Como soldado obtuvo buenas calificaciones, pero tuvo que abandonarla ya que sufría espantosos ataques y pérdidas de consciencia.

Su primer trabajo fue en una fábrica de cigarrillos, pero le duro poco. Sus actividades era delictivas aumentaban, prefería robar y timar; trabajos donde podía lucrarse sin esfuerzo.

Lo detuvieron por primera vez por abusar de menores a los que engañaba y engatusaba. En el momento de la detención se lo encontraron con un muchacho en la cama. En el calabozo se le asignó un psiquiatra que admitiría que Fritz no era apto para ser procesado. Inmediatamente lo internaron en una institución mental, hasta que mostrara mejoría. A los seis meses de estar encerrado conseguía escapar.

Se fue a suiza intentando formar una nueva vida; sin embargo echaba de menos su hogar. Regreso a los dos años y se alisto en el ejército; una vez más por razones médicas lo dieron de baja. Gozaba de una pensión militar, pero no era suficiente para subsistir.

Realizaba pequeños hurtos que lo mandaban a la cárcel continuamente. Dentro de la celda no solo confraternizó con personas de su calaña; sino también con algunos policías, trabajando para ellos como informador. Sin embargo, este acuerdo no lo libro de estar un largo tiempo en prisión por fraude. Mientras él estaba encarcelado, el mundo se debatía en la 1 guerra mundial.

Cuando salio de la cárcel se encontró una Alemania empobrecida y dañada por la guerra; a consecuencia de ello la vida criminal era más sencilla. Siguió como informante de la policía, ahora que la pillería había aumentado, la policía confiaba en el pacífico Fritz ha quien tenían como un caco de poca monta incapaz de hacer daño a nadie.

El trastorno de Fritz iba en aumento. Acosaba a muchachos jóvenes para saciar su lujuria insaciable.

La desaparición de Friedel Rothe fue el primer desencadenante, su primera víctima conocida.

Frietz volvió a estar un periodo relativamente corto en la cárcel y cuando salio se enamoro de Hans Grans, quien se convertiría no solo en su amante, si no en su participe indirecto de las atrocidades que posteriormente se llevaron.

El bueno de Frietz recorría los barrios bajos y las estaciones de autobuses, buscando jóvenes hermosos a los que les ofrecía comida y ayuda. Las personas del lugar lo tenían como un buen hombre que ayudaba a los demás. Pero con el tiempo, una mujer que vivía en las calles le pareció muy extraño no volver a ver a ninguno de los jóvenes.

Durante esta época de hambruna, Frietz también se dedicaba a la venta de carne en el mercado negro. Nunca se le vio animal alguno y una de sus clientes fue a la policía indicando que la carne que había comprado parecía humana. La policía tomándoselo a broma contesto que tenía suerte de tener algo que comer.

El último grito fue cuando unos niños en la orilla del río Leine encontraron una calavera. Al drenar el río se descubrieron más de 500 huesos que pertenecían a 22 personas. Todas las pistas policiales apuntaban al inocente informador Fritz Haarman.

La policía intervino en el apartamento del informante encontrándoselo ensangrentado. Una vez en comisaría explicaría que le gustaba violar a jóvenes menores, a los que les mordía la yugular para observar como se desangraban. Una vez muertos, los desmembraba y comercializaba con su carne. Los huesos restantes los tiraba al río Leine, allí donde fueron encontrados. Las ropas y sus pertenencias eran vendidas. Confesó haber matado cerca de 70 jóvenes.

Los nombres de sus victimas no tenían fin. El país estaba roto por la guerra y este suceso dejo consternada a mucha gente, sobretodo a los clientes que habían ingerido carne humana.

Fritz moría en la guillotina el 15 de abril de 1925; sus últimas palabras fueron: “Me arrepiento, pero no temo a la muerte”

Su cabeza fue guardada y su cerebro donado para su estudiado.

Se levantó una tumba comunal para las víctimas; donde una hermosa estatua conmemorativa recuerda la atrocidad esperando que nunca se repita.

viernes, 21 de octubre de 2011

Romasanta, el Hombre Lobo


En 1809 nació Manuel Blanco Romasanta. En un principio los padres le pusieron el nombre de Manuela al creer que era una niña. Se crió en un pequeño pueblo Orensano llamado Regueiro en el municipio de Esgos.

Era un joven inteligente, sabía leer y escribir, algo poco común en gente de la época. Era conocido en el pueblo por su gran corazón y amabilidad; sabía ganarse el cariño de sus vecinos, sobre todo de las mujeres. Su gran habilidad con las manos le proporciono trabajos de buhonero, carpintero, sastre, etc.

A los 21 años contrae matrimonio con Francisca. Tres años más tarde la desgracia cayó sobre él. Su mujer fallecía y no habían tenido ninguna descendencia. El negocio de la sastrería estaba dando muchas perdidas y Romasanta empezó a tener deudas.

Con el tiempo las deudas subían y el alguacil Vicente Fernández tuvo que intervenir. Unos días el alguacil salio de la comisaría rumbo a la sastrería para reclamar 600 reales; esa fue la última vez que se le vio con vida, su cadáver apareció poco después; pero Romasanta ya había desapareció del pueblo. El juzgado puso en orden de busca y captura.

Con un pasaporte falso escapo al país vecino, Portugal. Durante muchos años anduvo por los caminos de Toledo, Portugal y Galicia como vendedor ambulante.

Permanecía escondido en el pueblo de Rebordechao donde sus vecinos lo tenían, al principio por un buen hombre.

Conocedor de los caminos a causa de su trabajo de buhonero, comenzó a realizar un supuesto labor social para sus queridos y confiados vecinos. Guía gratuito para aquellas vecinas que buscaban una vida mejor fuera del pueblo.

Con promesas de trabajos en las ciudades varias vecinas y sus hijos acompañaron a Romasanta en esos caminos desolados alejados de cualquier vista curiosa. Esas personas desaparecían y solo el bueno de Romasanta traía cartas y mensajes para los familiares, que preocupados esperaban la buena nueva.

En Portugal su fama era diferente, era conocido como “O homem do unto” o el “sacamantecas”. La manteca que vendía era de origen humano, la cual se cotizaba a precio de oro. Poco sabían sus confiados vecinos donde acababan sus familiares. Los rumores sobre Romasanta crecían y este optó por pasar más tiempo en los caminos, sin embargo, al final, siempre volvía al pueblo de Rebordechao a descansar.

Fue en Toledo donde finalmente unos vecinos Gallegos que trabajaban de jornaleros lo reconocieron y fueron a las autoridades para denunciarlo por la muerte del alguacil. Fue detenido y enviado a Galicia.

En prisión confesó la muerte de sus vecinas, engañándolas con falsas promesas. Lo más extraño aún estaba por venir. Según Romasanta estas muertes no fueron intencionadas, sino debido a una terrible maldición que pesa en él desde el año 1839 y lo convierte en un peligroso hombre lobo.

Romasanta empieza a contar una fantástica historia. Su primera transformación es en la montaña de Couso donde se encuentra con dos lobos y los tres corretean por los caminos durante 5 días. Cuando vuelve a su condición humana comprueba que los otros dos lobos, al igual que él sufren la misma maldición. Sin embargo esa no sería la última vez que los tres lobos saldrían a jugar. En varias noches de luna llena, se escondían en los caminos y atacaban a los caminantes. Los desgarraban con sus manos y dientes para luego comérselos.

Se demostraron nueve asesinatos aunque el confesará 12, sin embargo no había pruebas de que lo hubiera realizado él. Se encontraron las pertenencias de los fallecidos que Romasanta había vendido en diferentes lugares y las cartas de los fallecidos que había falsificado.

Varios médicos y psiquiatras lo examinaron detenidamente, dando por verídica su locura. El juicio se hizo largo y extraño ya que Romasanta disponía de un pasaporte especial que le había otorgado la santa sede como lo acreditaba como buen hombre y evitaba cualquier veredicto de culpabilidad. Nada pudo evitar que fuera condenado a muerte en Garrote.

Sin embargo esta historia en lugar de terminar, se complica aún más. La noticia del caso se extendió fuera de España, llegando a los oídos de Mr. Philips un hipnotizador de prestigio que vivía en Argel. Este antes de que la sentencia se cumpliese mandó una carta a la propia Reina Isabel II para que le permitiera hacer una investigación en el caso de Romasanta. En esta carta contaba sus proezas en otros casos, incluyendo las declaraciones de varios testigos.

Se revoca la sentencia el 13 de mayo de 1854, modificando la condena de muerte por garrote a cadena perpetua ingresando en la prisión de Allariz.

Es en este momento de la historia cuando se alimenta la leyenda, pues Romasanta desaparece misteriosamente. No hay ningún documento referente a que se haya trasladado, ni tampoco se hace mención de su muerte, ni hay tumba con su nombre. Su rastro desaparece.

La leyenda cuenta que Romasanta se escapó de la cárcel y que aún hoy en día sigue vigilando los caminos a la espera de algún incauto al que devorar.

martes, 13 de septiembre de 2011

Enriqueta Martí, la Vampira de Barcelona


Enriqueta Martí sembró el terror en la Barcelona de 1912. La desaparición de varios niños mantenía en alerta a las madres, que indignadas veían como la policía quitaba importancia a estas desapariciones. El gobernador civil Portela Valladares comunicaba que no había motivos de alarma.

Los rumores en las callejuelas y esquinas aumentaban, las madres vigilaban a sus retoños muy de cerca. Una nueva desaparición sacudió Barcelona durante dos semanas, esta se hizo notar, pues el pueblo estaba indignado de que una desaparición más ocurriera después de las declaraciones policiales.

La pequeña Teresita Guitart fue la detonante del fervor público que la buscó con ahínco; aunque nunca se imaginaría lo que esta desaparición destaparía.

Teresita pesaba con su madre, cuando esta se paró a hablar con la vecina. La madre le indicó a Teresita que subiera a casa. Cuando la madre llegó a casa, el marido preguntó por la niña. Ese fue el día de su desaparición.

Después de dos semanas de desesperante búsqueda, fue una vecina cotilla la que daría la pista para su encuentro.

La Señora Claudia Elías se pasaba el día en la ventana vigilando a sus vecinos. Una mañana vio alguien inusual asomada a la ventana del patio de luces, una niña que nunca había visto. La pequeña tenía el pelo rapado se asomó a la ventana durante unos escasos segundos. Esa niña no era la hija de su vecina Enriqueta, la cual tenía una niña y un niño de acogida, ¿Quien era?

La buena mujer habló con el colchonero sobre la extraña niña y lo mucho se parecía muchísimo a Teresita. El Colchonero, a su vez, habló con el municipal José Asens y este a su jefe, el brigada Ribot.

Como no había pistas, ni orden de registro pora la casa de Enriqueta, con gran ingenio se presentó en la casa con un sorprendente pretexto. “Tiene gallinas dentro de casa”. Ante la sorpresa de Enriqueta la policía entró en la casa con intención de registrarla. Cuando la mujer reaccionó pidiendo la orden de registro era demasiado tarde, habían encontrado a la niña. La policía le preguntó el nombre y la pequeña titubeando dijo que se llamaba Angelita. El policía le preguntó:”¿Eres teresita?” La respuesta de la niña fue contundente.” Aquí dentro me llaman Angelita”.

La desaparición de Teresita tuvo un final feliz. El pueblo de Barcelona gritaba justicia, aquello se había ignorado durante mucho tiempo.

Se interrogó a Enriqueta sobre la niña, la mujer que parecía alcahueta alegaba que se la había encontrado el día anterior perdida por las calles. Esta declaración era totalmente contraria a la de la niña; que indicaba que había desobedecido a su madre, no había subido a casa sino que había bajado la calle donde se encontró a Enriqueta quien le prometió caramelos. La niña la siguió pero al alejarse de casa empezó a gritar; la secuestradora le tapo la cabeza con una bolsa negra. Le rapó el pelo con la escusa de que estaba enferma y esa era la única cura, además le dijo que sus padres le habían abandonado y a partir de ese momento tendría otro nombre: Angelita.


No fue esta declaración la que daría la voz de alarma si no, la de su supuesta hija.

La niña informó que había un niño con ella, Pepito. Una noche la pequeña se asomó a una de las puertas prohibidas y vio como Enriqueta acuchillaba al pequeño; asustada se fue a su habitación y se escondió.

Cuando se preguntó a Enriqueta por el niño declaró que era de una amiga y lo estaba cuidando, se había puesto muy enfermo y lo mandó al campo para que se recuperara.

La policía registró la casa Enriqueta en busca de pistas sobre el paradero de Pepito, y esto es lo que se encontró.

La vivienda era humilde, pobre, de muebles viejos y ropa roída. En una bolsa se encontraron las ropas de un niño pequeño y un cuchillo ensangrentado. La gran sorpresa se la encontraron en el sótano. Había una habitación lujosamente decorada, muebles caros y un armario con ropas de niño de la más cara calidad. Era una estancia que desentonaba con la pobreza de toda la casa. En una habitación se encontraron una especie de laboratorio, lleno de potingues y pócimas, lo más aterrador era sus componentes.

Huesos de bebes y niños se hicieron polvo para utilizarlos en brebajes. Ungüentos realizados con grasa de niños que más tarde se vendería a precio de oro. Hasta el tuétano de los huesos eran aprovechados para pócimas y elixires. Un laboratorio del terror donde el ingrediente principal eran bebes y niños menores de 9 años. Sobre una mesa descansaba un libro antiguo con recetas oscuras.

Hay que tener en cuenta que era una época asolada por la tuberculosis, donde tanto el rico como el pobre sucumbían ante ella. Los brebajes hechos con niños eran un privilegio de unos pocos y algo muy buscado, ya que se decía que era lo único que podía curar esta temida enfermedad.

Ante estos descubrimientos la policía indago en la vida de la escalofriante mujer.

En su juventud se dedicó a la prostitución hasta que se caso con un pintor llamado Joan Pujaló. Pero su matrimonio hacía aguas, ya que ella nunca dejó de asistir a los prostíbulos más lujosos de la ciudad. Pos el día, según contó su vecina; mendigaba con la niña en iglesias, alberges, centros sociales y por las tardes se vestía como una dama, hermosos vestidos y caras joyas, para ir a estos clubs de alterne de alta categoría.

La policía preocupada por la identidad de la niña busco al esposo de Enriqueta, el cual les indicó que jamás habían tenido hijos y no sabía quién era esa niña. Un examen ginecológico apunto que jamás había tenido hijos; entonces ¿de quien era la niña?

Poco a poco y después de varios interrogatorios, se desmorono y contó la verdad.

La niña era hija de su cuñada, se la robo nada más nacer e hizo creer a la madre que había nacido muerta. Ante los restos de bebes para sus pociones, comenzó diciendo que le gustaba la medicina y era uno de sus entretenimientos; al final acabó confesando que en las tres últimas casas que había vivido había más restos escondidos en paredes falsas y los restos eran para pócimas que luego vendía.

La gente de Barcelona estaba molesta con los nuevos descubrimientos, sin embargo, lo que más molestó fue la aparición de una lista donde había inscrito grandes hombres: políticos, jueces, médicos, empresarios, etc. Para tranquilizar al pueblo se obligó a un reconocido periódico que informará que la lista era de la buena gente a la que timó, no como realmente se creían, sus clientes.

Clientes pedófilos y cómplices de los asesinatos de Enriqueta, a los que ella vendía ungüentos y pócimas para curarse de enfermedades, entre ellas la temida tuberculosis de la que nadie sobrevivía, hechas con restos de inocentes niños.

Barcelona deseaba ver el cuerpo de esta mujer ajusticiado en el garrote vil.

Unos meses después de haber sido encarcelada, cuando el pueblo estaba más tranquilo y se habían olvidado de Enriqueta, esta apareció muerta en el patio de la cárcel, sus compañeras de dieron muerte.

Al no haber juicio, la famosa lista desapareció y con ella la tranquilidad de mucha gente adinerada. Enriqueta cayó en el olvido.

sábado, 30 de julio de 2011

GILLES DE RAIS, EL CABALLERO BARBA AZUL.



Fue el primer hijo de Guy II de Laval y Marie de Craon, pertenecían a uno de los linajes más importantes de Francia. El pequeño Gilles nació en la torre negra del castillo de Champtocé. El pequeño pronto empezó a mostrar señales de crueldad, lo cual ahuyentó a varias nodrizas.

Cuando Guilles tenía 9 años fue testigo de la muerte de su padre. Un verraco le clavó los cuernos en el estómago y las vísceras comenzaron a brotar. Años más tarde recrearía esta escena una y otra vez.

Al poco de la muerte de su padre le siguió su madre. Él y su hermano fueron mandados al cuidado de su abuelo Jeas de Craon; un hombre acostumbrado a obtener lo que quiere cuando quiere, algo que supo inculcar a Gilles. Fue un chico prodigio; hablaba perfectamente el latín y el griego. Estuvo encerrado en la biblioteca devorando libros.

En plena adolescencia lo nombraron caballero. Su manejo en el arte de la espada superaba a muchos caballeros adultos. Su lado más cruel salió a flote, dañando a todo el que se le cruzaba por delante, desde amigos hasta a animales.

Se puso a las órdenes de Juan V, duque de Bretaña en la guerra de sucesión. Era admirado por su rapidez y bravura, pero muy temido por su falta de escrúpulos.

A la tierna edad de 17 años se encapricho de su prima Catherine de Thouarscon, aunque más que por ella, sería por sus bienes. La rapto y la obligó a casarse, convirtiéndolo en uno de los personajes más ricos de Francia. La familia de la joven no estaba de acuerdo con esa unión, tenían sus propios planes. Gilles entró en cólera cuando no le eran cedidos ciertos castillos que por dote le debían. Sin pensarlo dos veces secuestro a su suegra-tía; la encerró a pan y agua hasta que le entrego los castillos que anhelaba.

Los encuentros carnales con su esposa no eran precisamente por placer, sino por la necesidad de un descendiente; no era ningún secreto que su gusto recaía en miembros de su mismo sexo. A causa de retrasar esos encuentros, no llegaron a tener ningún hijo hasta después de siete años de matrimonio. Cuando este nació, la joven Catherine escapo al castillo de sus padres. Como Gilles ya tenía lo que deseaba, no fue en busca de su esposa, ya que era un estorbo para él.

En 1429 Gilles se une a las fuerzas de Carlos VII, delfín de Francia, contra los ingleses. En esta época conoció a Juana de Arco, se convirtió en su cuidador y guía hasta Orleans. Luchó codo con codo con esta heroica mujer; la cual era un ejemplo a seguir: valiente, justa y fuerte. Entre los dos consiguieron ganar varias batallas y eran vistos como los salvadores de Francia. En recompensa Gilles fue ascendido a Mariscal.

Estos momentos de exaltación y triunfos llegaría a su fin con la condena a muerte en la hoguera de Juana. La muerte de su abuelo y del ser que más admiraba lo dejo sólo y perturbado.

En su madurez comenzó a nacerle una barba de tono azulada, años más tarde fue inspiración para el cuento de “barba azul” de Charles Perrault.

Su inmensa fortuna le sirvió para hacer un gran derroche; grandes fiestas lujosas, caprichos indescriptibles e inagotables. Uno de sus caprichos más costosos era la representación teatral de sus batallas con Juana de Arco, donde se gastaba verdaderas fortunas para recrearlas con la mayor realidad posible.

Su valiosa fortuna fue menguando según sus derroches aumentaban. Necesitado de dinero para seguir manteniendo su nivel de vida, se vio obligado a vender castillos y tierras. Ante el temor de la ruina se rodeo de alquimistas y brujos que le prometían oro y dinero a raudales. Construyó un costoso laboratorio para que charlatanes experimentaran la manera de conseguir la piedra filosofal. Pero no había progresos y la riqueza menguaba.

Los alquimistas y brujos, viendo que su fuente de dinero podría menguar, le dijeron que necesitaban pedirle ayuda al mismísimo demonio, ser al que Gilles temía por encima de todo. Su cómplice y su amante Prelati, lo convenció para que aceptara la realización de conjuros y cánticos.

Los cánticos y conjuros, a los que él no asistía, tampoco fueron la solución y la prohibición de Luis XI contra la alquimia estaban cerrando sus posibilidades de encontrar dinero de forma milagrosa. Sus seguidores le convencieron que el rey de los demonios necesitaba algo más, “necesitaba sangre”.

Como en su día lo hizo La Condesa Sanguinaria, Gilles buscó niños en las aldeas y en el pueblo. Con su amabilidad y gentileza, nadie sospecharía de un noble héroe. Su promesa de una vida mejor era lo único que los amorosos padres querían y deseaban para sus hijos, sin saber realmente que pasaría con ellos.

Con el tiempo los padres murmuraban, los hijos no aparecían y nadie los veía. Cuando barba azul aparecía por los pueblos vecinos, los niños se escondían. Gilles empezó a recoger niños que mendigaba prometiéndoles comida y lecho caliente. Muchos niños pasaban por las puertas del castillo y ninguno regresaba.

Lo que en el interior sucedía era un autentico espanto. Violaba a los niños, luego los desmembraba, para sacrificar los miembros al demonio. A otros les cortaba el vientre mientras terminaba de violarlos, simplemente para volver a recrear la escena de la muerte de su padre, cuando sus tripas caían al suelo. Una vez muertos los abrazaba tiernamente y les pedía perdón, en algunos casos violaba los cadáveres.

Con el tiempo su locura creció, llegando a realizar un concurso de belleza con las cabezas de los niños más hermosos, clavadas en picas. Les daba una puntuación, para ver quien era el más hermoso y ganador de ese demencial concurso.

René el hermano de Gille, al ver como todo el patrimonio familiar era vendido y mal administrado pidió ayuda al rey. Nunca se imaginaría lo que había detrás de la puerta prohibida en el interior de uno de los castillos. Huesos de niños esparcidos por todas partes.

Las investigaciones comenzaron y las pruebas señalaban al Gilles. Éste desesperado secuestro al obispo Jean, quien se encargaba de las investigaciones. El obispo fue rescatado y Giles capturado.

En un principio el noble se declaró inocente, pero después de pasar por la cámara de torturas comenzó a detallar horrendas y crueles escenas. Cuerpos colgados bañados en sangre; violaciones de toda índole a niños y niñas, tanto vivos como muertos. Se deleitaba lamiendo la sangre de los rostros inocentes, mientras emanaba la sangre de las heridas.

Se llegaron a contar unas 200 victimas, aunque habían desaparecido más de 1.000 niños y niñas por aquella época.

El 26 de octubre de 1440, él y sus compinches fueron ahorcados y enterrados. Antes de morir pidió perdón a los padres por el sufrimiento causado.

martes, 28 de junio de 2011

Albert Fish



Su verdadero nombre era Hamilton Fish. Su historial familiar estaba lleno de parientes con enfermedades mentales; su propia madre oía voces y sufría de fuertes alucinaciones.

Tenía 5 años cuando su padre murió de un infarto de miocardio. Su madre incapaz de cuidarle lo manda a un orfanato donde es golpeado continuamente y objeto de burla, le llamaban “Hand and Eggs” (huevos con jamón). Los continuos golpes y maltratos físicos empezaron a dejar de dolerle, en su lugar sentía una enorme excitación, hasta tal punto que le provocaba erecciones. Los que lo conocieron decían que era un niño problemático, quizás causaba esos problemas para ser castigado.

Cuatro años más tarde la madre de Fish consigue un empleo en el gobierno y saca a su pequeño hijo del Orfanato. La marca del maltrato quedó gravada en su piel, siendo la piedra angular de su vida.

Tenía 12 años cuando comenzó a tener relaciones homosexuales con el hijo de un telegrafista. Empezó a practicar la Urofagia (beber orina o orinar sobre otros) y la coprofagia (defecar sobre otra persona o comerse las heces). A los 15 años se gradúa y cambia su nombre por el de Alber Fish, dejando atrás las burlas que sufrió de niño.

Su madre preparó un matrimonio de conveniencia con una mujer 9 años más joven que él. De ese matrimonio salieron seis hijos. Como padre, fue ejemplar, trato bien a sus hijos aunque en ocasiones sus hijos encontraban a su padre haciendo cosas extrañas. Uno de sus juegos favoritos era decirles a los niños que le pegaran en el trasero con palos llenos de clavos, hasta que sus nalgas se manchaban de sangre.

Fue encarcelado en el año 1903 por malversación de fondos. Estuvo en la prisión de Sing Sing donde mantuvo relaciones homosexuales con los presos.

Su joven esposa lo abandono por otro hombre, un amigo de la familia. Sin embargo al cabo de unos años volvería suplicante junto a Fish, deseba una segunda oportunidad. La joven e infiel esposa desaparece, ningún familiar la vuelve a ver y nadie la busca; dan por hecho que vuelve a escapar con su amante. Por aquel tiempo Fish comienza a escuchar voces, se cree que el abandono de su esposa es el desencadenante de su locura.

Empezó a trabajar pintando y decorando interiores. Fue un trabajo que dio gran movilidad por todos los Estados Unidos. Era continuamente despedido cuando había problemas con los niños. Le gustaba meterse con los niños inocentes que los confiados padres no vigilaban. Atacó alrededor de 100 niños, auque el mismo dice que fueron cerca de 400. Muchos de ellos fueron torturados y violados. No le importaba el sexo del niño, pero la inmensa mayoría tenían menos de 6 años.

Sus alucinaciones de tipo religiosas son sobretodo de voces, las de Dios, Jesús e incluso la de San Juan. Las cuales le dicen que tiene que realizar sacrificios y torturarse. Se restriega el cuerpo en rosales y comienza a clavarse alfileres entre el ano y el escroto, o debajo de las uñas. Muchos de estos alfileres se aposentaron en la pelvis, así lo demostraron unas radiografías, dando veracidad a su trastornado testimonio.

Fue encerrado varias veces en prisión por estafa, robo, pago con cheques sin fondos e incluso por mandar cartas obscenas. Estuvo en un hospital psiquiátrico, pero al final lo soltaban ya que no lo declararon peligroso, ni loco, solo un perturbado mental. Nadie sabía de sus terribles fechorías.

Una de sus primeras víctimas fue un niño llamado Thomas Bedden, después de violarlo, lo acuchillo.

Sin embargo lo que realmente llevaría a meterlo en prisión fue el asesinato de la pequeña Grace Budd.

En 1928 Edward Budd colocó un anuncio en el diario, esperando encontrar un buen trabajo. Nunca se imaginaría que quien petaría a su puerta sería Albert fish con promesas de un trabajo en su granja. El interés que tenía Albert Fish en el joven pronto desapareció cuando conoció a su hermana pequeña, Grace, de apenas 10 años.

Después de ganarse la confianza de los padres, dijo que se llevaría a la pequeña a una fiesta de cumpleaños, que celebraba su hermana. Jamás se volvió a ver a la niña.

Se culparon dos hombres inocentes que estuvieron en la cárcel, Charles Edward y Pope acusado por su propia esposa.

Años más tarde a la madre de la pequeña Grace le llega una carta aterradora.

Estimada Señora Budd. En 1894 un amigo mío fue enviado como asistente de plataforma en el barco de vapor Tacoma, el Capitán John Davis. Viajaron de San Francisco a Hong Kong China. Al llegar ahí el y otros dos fueron a tierra y se embriagaron. Cuando regresaron el barco se había marchado. En aquel tiempo había hambruna en China. La carne de cualquier tipo costaba de 1-3 dólares por libra. Así tan grande era el sufrimiento entre lo más pobres que todos los niños menores de 12 años eran vendidos como alimentos en orden de mantener a los demás libres de morir de hambre. Un chico o chica menores de catorce años no estaban seguros en las calles. Usted podía entrar a cualquier tienda y pedir corte en filete o carne de estofado. La parte del cuerpo desnudo de un chico o chica sería sacada y lo que usted quisiera sería cortado de él. El trasero de un chico o chica la cual es la parte mas dulce del cuerpo era vendida como chuleta de ternera a un precio muy alto. John permaneció ahí durante mucho tiempo adquiriendo gusto por la carne humana. A su regreso a N.Y. robó a dos chicos uno de 7 y uno de 11 años de edad. Los llevó a su casa los despojó y desnudó y los ató a un armario. Entonces quemó todo lo que ellos portaban. Varias veces cada día y cada noche los azotó -los torturó - para hacer su carne buena y tierna. Primero mató al chico de 11 años de edad porque tenía el trasero más gordo y por supuesto una mayor cantidad de carne en él. Cada parte de su cuerpo fue cocinado y comido excepto la cabeza, huesos e intestinos. Fue asado en el horno (todo su trasero), hervido, asado, frito y estofado. El chico pequeño fue el siguiente, fue de la misma manera. En aquel tiempo, yo vivía en la calle 409 E 100 cercana a la derecha. El me decía frecuentemente cuan buena era la carne humana, que decidí probarla.

El domingo 3 de junio de 1928, yo le visité en el 406 W calle 15. Le llevé un pote de queso -fresas. Almorzamos, Grace se sentó en mi regazo y me besó. Decidí comerla. Con el pretexto de llevarla a una fiesta. Usted dijo que sí, que ella p
odría ir. La llevé a una casa vacía en Westchester que yo ya había escogido. Cuando llegamos, le dije que se quedara afuera. Ella recogió flores, subí y me quite mis ropas. Yo sabía que si no lo hacía las habría de manchar con su sangre. Cuando todo estuvo listo, me asomé a la ventana y la llamé. Entonces me oculté en un armario hasta que ella estuvo en la habitación. Cuando ella me vio completamente desnudo comenzó a llorar y a tratar de correr escaleras abajo. La atrapé y me dijo que se lo diría a su mamá. La desnudé. Pateó y me rasguñó. La estrangulé y entonces la corté en pequeños pedazos para poder llevarme la carne a mis habitaciones. La cociné y comí. Cuan dulce y tierno fue su trasero asado en el horno. Me llevó nueve días comer su cuerpo entero. No la violé aunque podría haberlo hecho si lo hubiera deseado. Murió virgen.

Cuando apresaron a Fish reconoció haber violado a la niña antes de matarla.

El director de la investigación William King, fue quien pudo rastrear la carta y dar caza a Albert Fish (el hombre gris). Pero la pequeña no fue la única es sufrir estas barbaries. El cuerpo del joven Billy Gaffney sigue desaparecido. Cuando los padres visitaron a Albert esto fue lo que confesó:

Lo llevé a los tiraderos de Riker Avenue. Ahí hay una casa que permanece sola, no lejos de donde lo tomé, llevé al chico ahí. Lo despojé, desnudé y até sus manos y pies, lo amordacé con un harapo sucio que recogí en el tiradero. Entonces quemé sus ropas. Arrojé sus zapatos al tiradero. Regresé y tomé el tranvía de la 59 Street a las 2 a.m. y caminé de ahí a casa. Al siguiente día cerca de las 2 p.m., tome llevé herramientas, un muy buen azote. Casero. Con mango corto. Corté uno de mis cinturones a la mitad, corté esas mitades en seis tiras de cerca de 8 pulgadas de largo. Azoté su trasero descubierto hasta que la sangre corrió en sus piernas. Corté las orejas, la nariz, corte la boca de oreja a oreja. Le saqué los ojos. Estaba muerto entonces.Enterré el cuchillo en su vientre y acerqué mi boca a su cuerpo y bebí su sangre. Recogí cuatro sacos viejos de patatas y reuní una pila de piedras. Entonces lo corté en pedazos. Tuve un puño conmigo. Puse su nariz y oreja y unas cuantas rajas del vientre en el puño. Entonces lo corté por el centro de cuerpo. Apenas debajo del ombligo. Después a través de sus piernas aproximadamente 2 pulgadas debajo de su trasero. Puse esto en mi puño con mucho papel, le corté la cabeza, pies, brazos, manos y las piernas debajo de la rodilla. Coloqué todo esto dentro de los sacos pesados con piedras, los até y los arrojé en las fosas de agua fangosa que usted verá a lo largo del camino que va a North Beach. Regresé a casa con mi carne. Tuve el frente de su cuerpo que me gustaba. Su "mono"(pene) y "pee wees"(testículos) y un agradable y gordo trasero, para asar en el horno y comer. Hice un estofado con sus orejas y nariz, pedazos de su cara y el vientre. Puse cebollas, zanahorias, nabos, apio, sal y pimienta. Estaban buenos. Entonces partí su trasero corté pene y testículos y los lavé primero. Puse tiras de tocino en cada nalga y las puse en el horno. Entonces escogí 4 cebollas y cuando la carne había asado cerca de 1/4 de hora, vertí un poco de agua para la salsa de la carne y puse las cebollas. A intervalos frecuentes rocié su trasero con una cuchara de madera. Así la carne sería agradable y jugosa. En cerca de 2 horas, estaba agradable y café, cocinada. Nunca comí algún pavo asado que tuviera la mitad del sabor que este dulce gordo y pequeño trasero. Comí cada bocado de carne en cerca de 4 días. Su pequeño "mono" era dulce como la nuez, pero sus "pee wees" no pude masticarlos. Los arrojé al inodoro.

Su juicio comenzó el 11 de marzo de 1935 en New York. Albert alegaría locura, ya que había sido Dios quién le había ordenado asesinar a esos niños. El mismo declaró: “No soy un demente, sólo un excéntrico. A veces ni yo mismo me comprendo”. Lo declararon culpable y lo sentenciaron a muerte.

Mientras esperaba su ejecución confeso un asesinato más el de Francis X. MacDonell de 8 años. Lo estrangulo con su propia ropa interior. Encontraron sus restos en unos bosques. Además cometió terribles atrocidades a jóvenes las noches de luna llena. Se cree que asesinó a más niños; uno de ellos fue azotado en las nalgas hasta que la sangre le baño las piernas; le cortaron las orejas, nariz y los ojos; su sangre sirvió para apaciguar la sed de su asesino y sus partes más tiernas se utilizaron en un estofado.

El 16 de Enero de 1936, fue electrocutado. Cuando vio la silla se alegró según sus propias palabras sería: “Qué alegría morir en la silla eléctrica. Será el último escalofrío, el único que todavía no he experimentado”. Antes de accionar el interruptor, su última frase: “No sé aun por qué estoy aquí”

domingo, 5 de junio de 2011

HERMAN WEBSTER, EL DR. HOLMES Y SU HOTEL DE LA MUERTE



En el año 1860 nace el único hijo de una familia honrada, religiosa y muy puritana, al que llamaron Herman Webster Mudgett. En su juventud empezó a mostrase en desacuerdo con los valores que su familia intentaba inculcarle. Era un joven problemático que disfrutaba torturando a los animales e imponiendo su autoridad entre los más jóvenes. Pronto empezó a cogerle el gusto al poder.
En su adolescencia desarrollo un arte innato para embaucar jovencitas. Su labia, gentileza, galantería y atractivo atraían a mujeres jóvenes adineradas. Las clases de jóvenes que a él le interesaban.
Consiguió engatusar y enamorar a una joven adinerada llamada Clara Lovering. En 1878 con solo 18 años se caso con ella y un año más tarde comenzó sus estudios de medicina a costa del dinero de su joven e ingenua mujer. Siendo estudiante ingenió métodos de estafa y engaños haciéndose con cadáveres que desfiguraba y por los cuales había hecho un costoso seguro que después cobraba.
Una vez terminada la carrera y conseguir una gran estafa de la que cobro una buena suma de dinero, abandonó a su esposa arruinada y a su hijo pequeño.
Durante mucho tiempo vagó por diferentes lugares, hasta que conoció a la millonaria Myrtle Z. Belknap. Fue una joven inteligente a la que le costo embaucar. Por ella cambio su nombre por el del Dr. Holmes. Aunque aun no se había divorciado de su primera mujer, volvió a casarse y con ella tuvo una hermosa niña. Su nuevo capricho era conseguir una vivienda lujosa y para conseguirlo no dudó en estafar a su nueva familia a través de falsificar escrituras de gran valor.
Al poco tiempo escapo a un pueblo pequeño donde enamoró a una viuda “Ms. Dr. Holden”. Gracias a su nueva, confiada y anciana amante consiguió regentar una farmacia que pertenecía a la anciana, gracias a su Don para embaucar y estafar no tardó en hacerse dueño de todos los vienes de la viuda.
Pero pronto sus expectativas crecieron, en breves se iba a celebrar en Chicago una Exposición Universal, eso atraería a jóvenes millonarias, posibles víctimas de su ambición la cual necesitaba nuevos estímulos.
Compró un solar en Chicago en una zona céntrica. Experto como era en los estafas, contrataba mano de obra que luego no pagaba, abandonando el futuro hotel sin terminar. Luego volvía a contratar otros albañiles a los cuales tampoco pagaba. Así sucesivamente. Finalmente terminó de construir su hotel, más parecido a un castillo medieval sin haber gastado, casi, un sólo centavo y usando nombres falsos para hacer las contrataciones. Al tener tanta mano de obra trabajando en partes diferentes, nadie, exceptuando él, sabía como era el interior del edificio. Si alguien se hubiera dado cuenta de lo que escondían los cuartos hubiera llamado la atención.
El 1 de mayo de 1893 se inauguró La Exposición y el hotel del Dr. Holmes abrió sus puertas a gente adinerada. El hotel se convirtió en un lugar muy concurrido y conocido, sin embargo su dueño jamás le puso nombre.
Usando su don de gentes tanteaba a las jóvenes millonarias para saber si venían solas o si sus familiares y amigos vivían en otros condados, si la joven tenía este perfil, entonces el Dr. Holmes se encargaba de que durmiera en una de sus habitaciones “especiales”.
La fortaleza estaba diseñada con pasadizos secretos que le permitía vigilar a sus huéspedes. Además había inventado un sistema eléctrico en el suelo que le indicaba donde se encontraban sus futuras víctimas. Para poder mover los cuerpos había diseñado dos tobaganes que los transportaba directamente al sótano. Pero eso no era suficiente, instaló, tuberías de gas que asfixia a sus durmientes víctimas. También había escondido sopletes en paredes cubiertas de hierro.
El sótano era el santuario de las torturas. Los toboganes llevaban los cuerpos hasta allí. En su interior se encontraban todo tipo de artilugios de tortura, una cubeta de ácido sulfúrico, cal viva y un incinerador para deshacerse de los cadáveres. En una parte del sótano había una habitación que llamaba “el calabozo” ahí era donde torturaba, violaba y mataba a las mujeres que caían en sus manos; alguna, las menos afortunadas, podían durar semanas con vida siendo torturadas y esclavizadas sexualmente una y otra vez, hasta que se cansaba de ellas al encontrar una sustituta.
Una de las torturas más extrañas que se encontró fue un autómata que realizaba cosquillas en los pies. Las jóvenes morían literalmente de risa.
Llegando a los últimos meses de la exposición, la clientela empezó a menguar y con ella la falta de jóvenes mujeres con las que saciar su placer. Empezó a poner anuncios y carteles en busca de personal. Varias jovencitas se presentaron, pero el Dr. Holmes solo escogía las más hermosas y las que vivieran más lejos. Las pobres no sabían el destino que se le presentaba. Con su desarrollado sistema de alarma, si alguna de las jóvenes intentaba huir, el Dr. lo sabía en el acto ya que una sirena en su habitación le anunciaba que alguien intentaba fugarse.
Preparado para que no lo culparan por la desaparición de sus trabajadoras, falsificaba cartas que luego enviaba a sus familiares para tranquilizarlos.
Trabajando en el hotel y ocupado en sus víctimas, aún tuvo tiempo para sus líos amoroso con Minnie Williams, una heredera tejana y profesora de una escuela privada. No tardaron en prometerse. La joven prometida llegó a enterarse de los deseos sádicos de su futuro esposo, pero eso no la horrorizo ni la espanto, incluso se creé que ella ayudo en el asesinato de Emily Van Tassel y era conocedora del asesinato y violación de Emmeline Cibrand de quien se sentía profundamente celosa.
Sin embargo los ojos del Dr. Holmes pronto se aburrieron de su joven prometida, poniéndose sobre los de su hermana Nannie, convirtiéndola en su amante. Cuando Minnie se dio cuenta de la ofensa, se fue hacía su hermana y le golpeo la cabeza con una silla repetidas veces. Lanzaron su cuerpo al lago Michigan, esperando que nunca fuera encontrado.
Unos mese después de que finalizara la gran exposición mundial, el hotel empezó a dar más gastos que ganancias. El Dr. Holmes acostumbrado a la opulencia enseguida vio como el dinero y su rango social se escapaba de entre sus dedos. La única opción que se le ocurrió, fue quemar la segunda planta de su gran hotel, el cual estaba asegurado por una generosa cantidad. Lo que no se imaginó fue que la aseguradora empezaría a fisgar en el Hotel intentando descubrir el origen del fuego.
Temiendo que su estafa con el seguro no funcionara, ideo otra con su esposa. Volviendo a usar su dotes con las mujeres acaudaladas, se caso con un Georgina e hizo pasar a Minnie por su prima. Ideo una estafa con unos caballos que eran de propiedad de Minnie. Con una mala escusa los tres se fueron de viaje, pero solo volvieron dos, Georgina y el doctor.
Esta estafa le saldría muy mal, pronto lo descubrieron y paso una pequeña temporada en la cárcel. Georgina se encargo de pagarle la fianza. Pero mientras estuvo allí encerrado y queriendo hacer alarde de su inteligencia, le contó cual sería su próximo plan a su compañero de celda. Con lo que no contó es con que su compañero loco por salir de la cárcel cantaría mejor que un ruiseñor.
Se puso en contacto con varios amigos para hacer una gran estafa. Una muy parecida a las primeras que había realizado estudiando en la universidad. Harían un seguro de vida de un valor astronómico, a su amigo Pietzel. El Dr. Holms, bien disfrazado reconocería el cadáver y cuando le entregaran el dinero a su pobre viuda, también compinchada, se repartirían el botín. Pero ¿para que buscar un cadáver y destrozarle la cara, cuando podía entregar el del propio Pietzel?
El Dr. Holms se las arreglo para separar al matrimonio, con la escusa de que debían estar escondidos y luego separo a la madre de sus hijos, a los que mató. Llego el momento de reconocer el cadáver, todo iba sobre ruedas, habían encontrado el cadáver de Pietzel, solo faltaba que el seguro les pagara la póliza. Sin embargo este creyó que todo era un fraude.
El Dr. Pietzel fue de nuevo detenido por el asunto de los caballos, el cual aún no había quedado muy claro. El detective Gayer, que llevaba el caso, empezó a desatar la enorme tela de araña que el Dr. Holmes había tejido a su alrededor. Buscando casas donde el Dr. Holmes podría haber se escondido mientras se realizaba la gran estafa, y en una de ellas encontró los restos carbonizados de uno de los niños.
Entraron dentro del terrible hotel. Lo que vieron allí dejó a la policía sin habla. Jamás habían visto un lugar tan terrible y tan bien diseñado. Se encontraron restos de sus calcinadas amantes, de huesos roídos por la cal, huesos de niños. Utensilios terribles de tortura y el gracioso autómata. Las habitación de gas, donde la gente moría lentamente sin poder respirar o abrasadas a causa de los sopletes.
El juicio comenzó en octubre de 1895 y terminaría el 30 de Noviembre de 1895. Durante el proceso el Dr. Holmes se burló de la justicia y de la policía; incluso sus propios abogados eran victimas de sus jugarretas, hasta que finalmente decidió defenderse a si mismo. Los que estaban presentes, dijeron que lo había hecho como un verdadero profesional.
Después de un tedioso proceso, confesó la muerte de 27 personas, era lo máximo que las pruebas podían indicar. Sin embargo, había más de 50 denuncias de desapariciones de jóvenes en Chicago, sin tener en cuenta todas las que había de jóvenes de diferentes estados que habían desaparecido en la exposición. Se calculó que había cerca de 200 cadáveres.
El 7 de mayo de 1896, a los 35 años de edad fue ejecutado.
Su hotel que había llamado la atención a varios curiosos apareció en llamas una noche. Algunos creía que había más implicados en aquella trama que el Dr. Holmes y aterrados, quisieron borrar sus huellas.
Nunca se sabrá la cifra exacta de sus víctimas.

sábado, 14 de mayo de 2011

Erzsébet Báthory . La condesa sanguinaria

 
Hay muy pocos asesinos en la historia que fueran tan crueles y sádicos como la condesa Erzsébet Báthory Nadasdy. Según la historia negra, asesinó y torturó cerca de 650 jóvenes, incluidas niñas de aproximadamente 9 años.

Nació en el seno de una de las familias más antiguas y adineradas de Transilvania. Su madre Anna Báthory se casó en terceras nupcias con su primo Jorge Báthory. Uno de sus primos era Segismundo el gran príncipe de Transilvania y rey de Polonia. Otro de sus familiares importantes era su primo el Primer Ministro de Hungría y su tío el rey de Polonia. Emparentada con casi toda la realeza era muy poderosa. Hablaba perfectamente el Húngaro, el Latín y el Alemán; muchos de los nobles de la época ni siquiera sabían escribir.
Desde su infancia fue influenciada por su Nodriza que se dedicaba a la brujería. Sufría terribles ataques que menguaron con la edad. Hoy en día se creé que podría haber sufrido esquizofrenia o alguna enfermedad sanguínea, ya que en la época el linaje de sangre no salía de la propia familia creando terribles enfermedades, muchas, mentales.
Con sólo once años de edad la prometieron con el conde Ferenz Nadasby. La enviaron a vivir con su futura suegra, Ursula. La matriarca y ella tuvieron una turbia relación, ya que Erzsébet quería ejercer su autoridad como la joven poderosa e inteligente que era.
A los trece años se quedó embarazada de un sirviente de la familia Nadasby. Se intentó ocultar el hecho castrando al sirviente y tirándolo a los perros. La joven Erzsébet fue enviada a un castillo donde tuvo su vástago del cual no se volvió a saber nada de él.
En 1575 con quince años de edad se desposo con el conde Nadasby que tenía once años más que ella y era conocido como “El caballero negro de Hungria”, pues era un fiero guerrero que no se perdía una batalla. La ceremonia tuvo lugar en el castillo de Varannó. Se fueron a vivir juntos al castillo de Csejthe situado en los Cárpatos, con su suegra Ursula.
La joven esposa pronto encontró en su marido una gran fuente de información sobre formas de castigar a sus sirvientes. El caballero Negro de Hungría le comentaba los horrores de la batalla, la crueldad y las torturas a las que sometían a sus enemigos. Erzsébet aprendió con rapidez el arte de la tortura, arte que con el tiempo pondría en práctica.
Con el tiempo Erzsébet dio a luz a tres hijas y un hijo, Ana, Usrula, Katherina y a su hijo Pál. En cuanto crecieron los mandó a estudiar fuera con un tutor. Sobre todo a Pál que sería el heredero. Sin embargo es bien conocido que el tutor y la condesa no se llevaban bien.
Un día, su esposo llegó gravemente enfermo de una batalla. Falleció el 4 de enero de 1604. La condesa aprovecho para poder deshacerse de su suegra y enviarla, junto con los familiares de su marido, lo más lejos que pudo.
Sin nadie que la molestara ni le pusiera trabas a sus caprichos, la condesa comenzó a rodearse de supuestas brujas. Su nueva batalla era contra el tiempo, el cual empezaba hacer mella en su piel. Potingues, cremas y bebedizos extraños influían en su piel y en su conducta, sin embargo por mucho que lo intentaba no conseguía parar a la madre naturaleza.
Cuentan que una joven sirvienta le tiro del cabello mientras la peinaba, la condesa se molesto tanto que la golpeo hasta herirla.  La sangre salpicó la mano de la condesa y antes sus ojos vió como su piel rejuvenecía.
Este fue el comienzo de la leyenda negra de la condesa y de su carruaje negro. Recorría los pueblos en busca de jóvenes sirvientas para el castillo que nunca regresaban a casa. Niñas y mujeres de entre 9 y 26 años eran esclavizadas, torturadas y desangradas hasta la muerte. Las más afortunadas, aquellas que eran hermosas y sanas podían subsistir durante años, ya que las usaban como fuentes de sangre para la condesa.
La desaparición de tantas jóvenes empezó a extenderse por los pueblos, obligando a la condesa a tenerse que alejarse cada vez más para poder reclutar a nuevas doncellas.
Se le sumó una segunda preocupación. Su posición estaba en peligro a causa de su hermano Gabor que se convirtió en el Príncipe de Transilvania gracias a su ayuda; sin embargo este enseguida entró en batalla contra los alemanes. Esto la ponía en peligro, ya que podía ser condenada por traicionar al Rey Mathías II de Hungría.
El tiempo pasaba y su rostro seguía envejeciendo. Loca de ira llamó a sus ayudantes Thorko y Dorottya en busca de una solución.
Guiada por estos, la condesa buscó  jóvenes de mayor posición. Creía que su sangre sería más pura que la de las campesinas. Con promesas de hacerlas sus doncellas y educarlas para ser damas, los padres entregaban a sus hijas con gratitud. Cuando el tiempo pasaba y los familiares se inquietaban, la condesa mandaba una carta a los preocupados padres informándoles que sus hijas están en algún castillo lejano o que  se había desposado con un joven adinerado.
Esta contestación no fue suficiente para los padres, que solicitaron ver a sus hijas, sin saber los sufrimientos y horrores que habían pasado a manos de la condesa. Las quejas llegaron hasta los oídos de Rey Mathias II, pero este no les prestó atención.
La condesa insatisfecha por los progresos empezó a buscar jóvenes más influyentes, aristócratas y de buenas familias. El rey Mathias ya no pudo hacer oídos sordos a las múltiples quejas. Envió a Gyorgy Thuruso, primo de la condesa, con una tropa de soldados al castillo.
Cuando llegaron no tuvieron el recibimiento que esperaban. El castillo estaba prácticamente desierto. Empezaron a buscar a través de las habitaciones y un olor nauseabundo les revolvía el estómago. Encontraron una joven suspendida en el interior de una jaula desnutrida y moribunda; al principio no les llamó la atención ya que era costumbre que los criados fueran castigados severamente. Según entraban en distintas estancias fueron encontrándose cadáveres de doncellas en los rincones más remotos, todos desangrados y con claras señales de haber sido torturadas, algunas estaban desfiguradas, quemadas o incluso mordidas.
Cuanto más se adentraban al sótano del castillo, el olor y las doncellas muertas aumentaban. Se encontraron con varios utensilios de tortura rediseñados para poder sonsacar toda la sangre de las jóvenes. En el sótano se encontraron con jóvenes doncellas encerradas, desnutridas, torturadas hasta casi desfallecer. Con graves heridas por donde las habían desangrado varias veces.
En una estancia los soldados se encontraron a la condesa en pleno baño de sangre. Sobre ella había una jaula llena de pinchos donde una joven estaba irreconocible, su sangre había servido para llenar la bañera de la condesa. Sus secuaces estaban con ella.
Se encontraron cerca de 650 cadáveres tanto dentro del castillo, como en los terrenos cercanos. Las primeras doncellas las habían dado sepultura hasta que llegaron a ser tantas que empezaron a ser descuidados; arrojaron los cadáveres por las tierras y los ríos. Los campesinos del pueblo no se acercaban al castillo a causa de su olor a muerte y podredumbre.
En 1612 se inicio el juicio de Bitcse contra la condesa. Como prueba tenían un diario escrito por ella donde describía como había torturado a cada una de las doncellas. También contaban con el testimonio del mayordomo Juan Ujváry que fue testigo de como la condesa y sus secuaces asesinaban a mujeres y a niñas.
La condesa se negó a testificar. Su seguidor y las brujas,  fueron torturados previamente y luego condenados. Fickó, su seguidor, fue decapitado y su cadáver quemado. A sus seguidoras: Piroska, Helena y Dorottya; les arrancaron los dedos con unas tenazas por haberlos manchado en sangre inocente, luego las quemaron.
El gran problema fue el castigo que debía infringírsele a la condesa, emparentada con grandes reyes podría causar un gran revuelo en la aristocracia de la época e incluso luchas internas. El Rey Mathias II quería su muerte y sus tierras, las que ya ambicionaba desde hacia tiempo, pero el Gran Príncipe de Transilvania pudo convencerle de un castigo más adecuado.
Fue emparedada en una de las torres de su castillo, sólo disponía de un pequeño hueco por donde le entregaban alimento y agua. Durante cuatro largos años, la condesa no intento comunicarse con nadie. Vivía en la inmundicia, con el aire viciado y contaminado por sus propios excrementos.
El 21 de agosto de 1614, uno de sus carceleros se dio cuenta de que la bandeja de comida estaba intacta, se esforzó en ver el interior de la habitación a través del minúsculo agujero; el cuerpo de la condesa estaba muerto tirado sobre el suelo.

La historia de La Condesa ha sido motivo de mitos y leyendas, ya que se desconoce la historia real. Hay otra versión en la que el rey Mathias II, deseando el poder de la condesa y aprovechando que no tenía manera de defenderse, conspiró para que fuera arrestada; a sus sirvientes los torturaron hasta que confesaron lo que el Rey quería oír.