Terrores nocturnos

miércoles, 18 de marzo de 2015

Marie Delphine Lalaurie: La bruja de Royal Street

Esta terrible mujer disfrutaba torturando y matando a sus esclavos. Su casa está considerada una de las casas más fantasmales de la localidad, pues guarda en su interior horribles hechos.




Su madre fue Marie Jeanne Lovable, la viuda de Lecomte, que se casó de segundas nupcias con Bethelmy Louis Macarty; tuvieron cinco hijos, uno de ellos era Marie que nació en 1775.
De su infancia no existe información, por lo que se creé que fue normal y adinerada ya que su padre disfrutaba de una buena posición social en la comunidad créole de Orleáns.
Su primer marido fue  un Caballero de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, Don Ramón de López y Angulo, posteriormente sería nombrado Cónsul general de España en Luisiana; un anciano con una esperanza de vida muy corta.
Lo que ocurrió en el viaje de Marie con su marido a España causo diferente habladurías, entre ellas que el ascenso fue un castigo militar o una convocación extraordinaria para que formara parte de la corte. En el único punto en el que están de acuerdo es que la reina se quedó impresionada con la belleza de Marie.
La vuelta a casa estuvo llena de tristeza, tuvieron que parar su viaje cuando se encontraban en la Habana, Marie estaba embarazada y Don Ramón se moría a causa de una enfermedad. Después del entierro de su marido, nacería su primera hija: Marie Boggie Delphine Lopez y Angulo de la Candelaria, más conocida como “Borquita”. En cuando madre e hija tuvieron fuerzas para viajar, se fueron a Orleáns.
Administró la hacienda de su marido con eficacia, se convirtió en una gran empresaria de la caña de azúcar. Su posición social subía como la espuma, tenía fama de ser una mujer firme e inteligente.
Al cabo de tres años volvió a casarse con un hombre de edad avanzada y una buena posición social Jean Blanque, banquero, comerciante, abogado y legislador. Engendró cuatro hijos más y al poco su anciano marido fallecía de extrañas circunstancias. Las malas lenguas susurraban que había sido envenenado, pero es algo que hoy en día se desconoce.
Nueve años más tarde de la muerte de su segundo marido, vuelve a casarse el 25 de junio de 1825, con un hombre más joven que ella, el doctor Leonard Nicolas Lalaurie. El matrimonio fue por interés, por ello no existía una buena relación entre ellos, cada cual hacia y deshacía sin que uno se interesara por las facetas del otro.
En 1831 compraron la casa en Royal Street 1140.  Marie no tardó en convertirla en una lujosa mansión que poseía muebles traídos de distintos rincones de Europa, cada cual más fino y elegante. Construyeron una tercera planta, una zona para los esclavos.
Las fiestas que se celebraban en ella eran de la más selecta elite de Orleans. Eran acontecimientos sociales donde una persona pertenecía a la alta sociedad si era invitada a ellas.
Marie se había enfrascado en lucrativo negocio del mercado de esclavos, en aquel momento, era normal que alguien de alta sociedad tuviera varios bajo su techo, existía una legislación para que los esclavos no sufrieran maltrato, pero para la Señora Lalaurie era solo una nimiedad.
En varias ocasiones los policías haban devuelto escuálidos y débiles esclavos que se desmayaban cuando estaban ejerciendo sus labores fuera de la mansión. Un abogado se presentó en la casa tras la sospecha de malos tratos, pero cuando estuvo allí no vio nada que le preocupara, al poco de irse los vecinos denunciaron una horrible escena:
Una joven esclava  llamada Leah estaba sobre el tejado de la casa gritando y llorando, su ama le amenazaba con arrancarle la piel a tiras. Su crimen era haber tirado del cabello de Marie cuando la cepillaba. La señora Lalaurie gritó a la joven para que bajara, esta se negaba,  finalmente acabo arrojándole piedras hasta que cayó al suelo y se desnuco, aunque estaba muerta, mando atar su cadáver y la azotó hasta que desahogo su rabia.
Por este crimen fue condenada a liberar nueve esclavos, los cuales fueron comprados por familiares y amigos de la Señora Lalaurie y devueltos a la mansión, de donde nunca salieron.
El 10 de abril de 1834 se desató un terrible incendio en la mansión. La señora y su familia no se encontraba ella. Los vecinos alertados por las llamas acudieron a sofocarlo. Nunca se imaginarían lo que encontrarían en su interior.
El fuego había sido provocado en la cocina, donde hallaron a una esclava atada por el tobillo, que alego haber provocado el incendio como una tentativa de suicidio.
En la tercera planta estaban siete esclavos mutilados, con el cuello estirado y sus miembros rajados. Otros con collares de hierro con pinchos que los obligaba a estar estirados. Muchos más escuálidos y débiles a punto de morir de inanición.
Las autoridades llevaron a los esclavos a la cárcel local, donde fueron expuestos para que el público conociera su terrible historia. Dos de ellos murieron al poco de ser rescatados, su estado era muy frágil.
Allí contaron como su dueña disfrutaba de torturarlos y azotarlos. Como desconfiaba que le robaban la comida los obligaba a no ingerir alimento alguno sin su permiso, esto provocaba desmayos de debilidad y en lugar de darles alimentos lo mandaban enterrar en un ataúd aún con vida.
Todos los esclavos temían subir a la tercera planta de la mansión ya que el que subía no volvía a bajar.
Se cavó en el jardín y allí se encontraron tumbas con cadáveres de esclavos, otros fueron enterrados en los pantanos de Luisiana.
El propio juez Jean- Francois Conange, que acudió a apagar el fuego dijo: “Había una mujer desnuda con un collar de hierro lleno de espinas prisionera a la pared por una cadena. Las abundantes heridas en la espalda evidenciaban el uso de látigos y hierros al rojo vivo“
 “Una anciana negra tenía una herida profunda en la cabeza y estaba demasiado delgada como para hablar o caminar. Un hombre había sido castrado y la herida cosida con hilo, la lengua también se le había cortado para que no pudiera quejarse.”
Una turba de ciudadanos fue contra la mansión con la intención de destruirla. En su interior estaba una de las hijas que fue salvada por la policía local que acudió al lugar. De la mansión solo dejaron las paredes. Todo fue destruido.
Cuando el juez le pregunto al Señor Lalaurie sobre los actos de su esposa el contesto: "algunas personas debían quedarse en su casa en lugar de ir a las casas de otras para dictar leyes y meterse en las vidas de los demás"
A partir de este momento toda la familia tuvo que escapar de Luisiana. Se esconden en la casa de unos familiares en Alabama, estos por temor a que el peso de la ley cayera también sobre ellos, les invitó a marcharse lo antes posible.
A partir de aquí la información no es muy clara, pero se dice que La señora Delphine Lalaurie murió en Paris cuando se encontraba de caza. Eugene Baches, un enterrador el cementerio St. Louis descubrió la siguiente inscripción en una tumba:
“Madame LaLaurie, née Marie Delphine Macarty, décédée à Paris, le 7 Décembre, 1842, à l’âge de 6-.”
La mansión fue restaurada completamente. El actor Nicolas Cage la compro en 2007  pero luego fue comprada por Regions Financial Corporation. Actualmente esta considerada una de las casas más embrujada de la localidad.

Varios escritores alimentaron la leyenda negra de lo sucedido; se escribieron relatos y apariciones en series sobre este personaje creciendo así los rumores, supersticiones.