Nunca
la frase: “Morir por amor”, fue tan cierta como en este caso. Dennis amó
locamente a todos los hombres que mató. Era tal su miedo a que lo abandonaran
que guardaba sus cadáveres durante días.
Nació
el día 23 de Noviembre de 1945 en Escocia, en un lugar llamado Aberdeen. Su
padre se llamaba Olav Nilsen, un hombre que le gustaba la bebida; su madre era
Betty Whyte una fanática religiosa.
El
y sus dos hermanas vivían con sus abuelos mientras sus padres pasaban un
difícil divorcio tras siete años de convivencia.
Contaba
con 6 años de edad cuando su abuelo, Andrew Whyte, fallece. Betty lleva al
joven muchacho a ver el cadáver; por primera vez en su joven vida fue
consciente de lo que significa la muerte. Se sintió solo.
Su
infancia fue tranquila, no fue un niño que destacara. Era normal, como
cualquier otro.
En
1961 se alista en la armada británica, 11 años más tarde en 1972 la abandonaría para trabajar como vigilante,
pero tampoco le duraría mucho y se hizo funcionario lugar en el que trabajó
hasta el día que fue arrestado.
La
primera victima Fue Stephen Dean Holmes, tenía 14 años cuando conoció a Nilsen
en un bar. Lo invitó a su casa y por la mañana, antes de que el joven Stephen
se despertara, lo estranguló y lo ahogó. Lo introdujo en la bañera y se dio un
largo baño con el cadáver, en cuanto
estuvo bien limpio se lo llevó a la cama
con la intención de mantener relaciones sexuales, pero el cuerpo estaba frío.
El
motivo por el que mató a ese joven es por miedo a que se fuera. No quería
volver a sentirse solo, abandonado por la persona que más quería. Solo había
estado con Stephen una noche pero el sentimiento de mantenerlo siempre a su
lado era demasiado grande como para verlo marchar. El mismo Dennis escribiría:
“Temía despertarlo por
miedo a que me abandonase. Temblando de miedo lo estrangulé. Él se debatía, y
cuando estuvo muerto volví a llevar su joven cuerpo a la cama conmigo y fue el
principio del fin de la vida que yo había conocido, Había empezado a recorrer
ka avenida de la muerte y a poseer un nuevo tipo de compañero se piso.”
Guardó
el cadáver durante 7 meses. El olor era insoportable, pese al dolor que le
causaba tener que deshacerse de los restos del muchacho, no le quedó otra
solución que quemarlo.
Por
desgracia Dennis se volvería a enamorar muchas otras veces:
-
Kenneth
Ockendon, de 23 años. Era un estudiante canadiense que tuvo la mala suerte de
conocer a Nilsen el 3 de diciembre de 1979.
-
Martín
Duffey, de 16 años. Asesinado en mayo de 1980.
-
Billy
Sutherland, 26 años. Original de Escocia.
-
Un
hombre de origen Tailandés o filipino, jamás se conoció su nombre.
-
El
irlandés. Otro hombre asesinado sin nombre.
-
El
Hippie. Dennis recordaba el lugar donde lo conoció: en un lugar llamado Charing
en Cross, en Londres.
-
Sin
nombre. El único dato que tenía la policía de este sujeto es que lo habían despedazado
en 3 trozos.
-
Hubo
dos jóvenes escoceses que conoció en el Soho de Londres, los mató a ambos.
Tampoco recordaba sus nombres.
-
El
Skinhead que se encontró en Piccadilly Circus.
-
Malcom
Barlow, murio el 18 de septiembre de 1980.
-
Jhon
Howlett, muere estrangulado en diciembre de 1981.
-
Gram.
Allen tuvo un trágico final.
-
Stephen
Sinclair el 1 de febrero de 1983. La última victima de Dennis.
Dennis
no escogía a su victima al azar, eran estudiantes extranjeros e indigentes.
Durante años, Dennis se enamoró repetidamente y cada vez que pensaba que su amante
lo abandonaría, lo mataba antes. De esta manera lo mantenía a su lado en un
estado perfecto, como si fueran muñecos.
Cuando
los cadáveres empezaban a oler, los descuartizaba, hervían los restos y los
tiraba por el inodoro. Era cuestión de tiempo que los vecinos se quejaran por
la pestilencia que desprendían sus cañerías.
El
3 de Febrero de 1983 acude el fontanero para desatascar las cañerías y buscar
el motivo de aquel horrible olor.
Al
inspeccionar la fosa séptica, sintió arcadas; jamás en su vida había olido nada
tan asqueroso. Observó que había un líquido viscoso de tono blanco con manchas
rojas que parecían sangre, no tardó en ver la carne putrefacta flotando.
Llamaron
a la policía. Gracias a la ayuda del fontanero investigan las tuberías hasta
llegar al apartamento de Nilsen.
El
8 de febrero Dennis se dirigía a casa, acababa de salir del trabajo, no sabía
que el inspector Peter Jay estaba esperándolo. Cuando le preguntaron por el
atasco en la fosa séptica no le dio mucha importancia, hasta que nombraron los
restos humanos que habían hallado en su interior.
El
inspector sospechaba de él y con picardía le dijo que le mostrara el resto del
cadáver, que no les hiciera perder el tiempo. Jamás se imaginarían la fría
respuesta de Dennis: “Dentro de dos bolsas de plástico en el armario. Venga,
se lo enseñare”. Se encogió de hombros y con total naturalidad mostró los
cadáveres a los agentes, como quién invita a un amigo a tomar una café. Los
cadáveres estaban descuartizados, ni siquiera sabía cuantos había.
En
la comisaría confesó todos sus crímenes. Incluso estaba encantado de que lo
hubieran capturado:
“Ahora me
siento culpable, merecedor de castigo. Estoy convencido de que merezco toda la
pena a la que un tribunal pueda condenarme. Es un alivio que me hayan detenido,
porque si lo hubiesen hecho a los sesenta y cinco años, podría tener a mis
espaldas cientos de cadáveres”
Lo
describen como un hombre inteligente y frío, pues hablaba de los crímenes sin
mostrar arrepentimiento aunque Dennis le diría a la policia: “Nadie debe verme llorar por las víctimas,
eso forma parte de mi dolor personal”
El
interrogatorio duró 11 días. Se mostró muy cooperativo en la identificación de
los cadáveres; aún pese a su ayuda, no se pudieron identificar a todos, a día
de hoy siguen siendo un misterio. Le preguntaron el porqué de los asesinatos, a
lo que respondió: “En ninguno de los casos
estoy consciente de sentir odio hacia ninguna de las víctimas… recuerdo que
salí en busca de compañía y amistad, pero aquel momento y para el futuro. Invité
algunas personas a casa y otras se invitaron solas, aunque el sexo siempre
estaba en segundo orden”.
“Sólo deseaba una relación cálida, buscaba
alguien con quién poder hablar, aunque es una sensación muy agradable y
relajante tener a alguien en la cama a tu lado durante toda la noche. Después
de matarlos, experimentaba un sentimiento doloroso de desesperación y una
sensación de vacío. Aunque sabía que el cuerpo estaba muerto, pensaba que la
personalidad estaba todavía dentro de él, consciente y atenta a mis palabras.
Trataba de conseguir desesperadamente una relación que nunca estuvo a mi
alcance”
Al
examinar la casa de Dennis se encontraron con trozos de cadáveres
descuartizados en bolsas. Torsos, cabezas, piernas brazos y por último bolsas
con corazones, pulmones intestinos; era una auténtica carnicería.
Durante
el juicio le dijo a los miembros del jurado: “puede ser que cuando mataba a aquellos hombres me matase a mi mismo,
pues me quedaba de pie muy apenado y sumido en una profunda tristeza, como si
acabase de morir un ser querido”.
El
juez lo condenó a cadena perpetua con un mínimo de 25 años sin opción a la
libertad condicional.