Esta
terrible mujer disfrutaba torturando y matando a sus esclavos. Su casa está
considerada una de las casas más fantasmales de la localidad, pues guarda en su
interior horribles hechos.
Su
madre fue Marie Jeanne Lovable, la viuda de Lecomte, que se casó de segundas
nupcias con Bethelmy Louis Macarty; tuvieron cinco hijos, uno de ellos era
Marie que nació en 1775.
De
su infancia no existe información, por lo que se creé que fue normal y
adinerada ya que su padre disfrutaba de una buena posición social en la
comunidad créole de Orleáns.
Su
primer marido fue un Caballero de la Real
y Distinguida Orden Española de Carlos III, Don Ramón de López y Angulo,
posteriormente sería nombrado Cónsul general de España en Luisiana; un anciano
con una esperanza de vida muy corta.
Lo
que ocurrió en el viaje de Marie con su marido a España causo diferente
habladurías, entre ellas que el ascenso fue un castigo militar o una
convocación extraordinaria para que formara parte de la corte. En el único
punto en el que están de acuerdo es que la reina se quedó impresionada con la
belleza de Marie.
La
vuelta a casa estuvo llena de tristeza, tuvieron que parar su viaje cuando se
encontraban en la Habana, Marie estaba embarazada y Don Ramón se moría a causa
de una enfermedad. Después del entierro de su marido, nacería su primera hija:
Marie Boggie Delphine Lopez y Angulo de la Candelaria, más conocida como
“Borquita”. En cuando madre e hija tuvieron fuerzas para viajar, se fueron a Orleáns.
Administró
la hacienda de su marido con eficacia, se convirtió en una gran empresaria de
la caña de azúcar. Su posición social subía como la espuma, tenía fama de ser
una mujer firme e inteligente.
Al
cabo de tres años volvió a casarse con un hombre de edad avanzada y una buena
posición social Jean Blanque, banquero, comerciante, abogado y legislador. Engendró
cuatro hijos más y al poco su anciano marido fallecía de extrañas
circunstancias. Las malas lenguas susurraban que había sido envenenado, pero es
algo que hoy en día se desconoce.
Nueve
años más tarde de la muerte de su segundo marido, vuelve a casarse el 25 de
junio de 1825, con un hombre más joven que ella, el doctor Leonard Nicolas
Lalaurie. El matrimonio fue por interés, por ello no existía una buena relación
entre ellos, cada cual hacia y deshacía sin que uno se interesara por las
facetas del otro.
En
1831 compraron la casa en Royal Street 1140. Marie no tardó en convertirla en una lujosa
mansión que poseía muebles traídos de distintos rincones de Europa, cada cual
más fino y elegante. Construyeron una tercera planta, una zona para los
esclavos.
Las
fiestas que se celebraban en ella eran de la más selecta elite de Orleans. Eran
acontecimientos sociales donde una persona pertenecía a la alta sociedad si era
invitada a ellas.
Marie
se había enfrascado en lucrativo negocio del mercado de esclavos, en aquel
momento, era normal que alguien de alta sociedad tuviera varios bajo su techo, existía
una legislación para que los esclavos no sufrieran maltrato, pero para la Señora
Lalaurie era solo una nimiedad.
En
varias ocasiones los policías haban devuelto escuálidos y débiles esclavos que
se desmayaban cuando estaban ejerciendo sus labores fuera de la mansión. Un
abogado se presentó en la casa tras la sospecha de malos tratos, pero cuando
estuvo allí no vio nada que le preocupara, al poco de irse los vecinos
denunciaron una horrible escena:
Una
joven esclava llamada Leah estaba sobre
el tejado de la casa gritando y llorando, su ama le amenazaba con arrancarle la
piel a tiras. Su crimen era haber tirado del cabello de Marie cuando la
cepillaba. La señora Lalaurie gritó a la joven para que bajara, esta se
negaba, finalmente acabo arrojándole piedras
hasta que cayó al suelo y se desnuco, aunque estaba muerta, mando atar su
cadáver y la azotó hasta que desahogo su rabia.
Por
este crimen fue condenada a liberar nueve esclavos, los cuales fueron comprados
por familiares y amigos de la Señora Lalaurie y devueltos a la mansión, de
donde nunca salieron.
El
10 de abril de 1834 se desató un terrible incendio en la mansión. La señora y
su familia no se encontraba ella. Los vecinos alertados por las llamas
acudieron a sofocarlo. Nunca se imaginarían lo que encontrarían en su interior.
El
fuego había sido provocado en la cocina, donde hallaron a una esclava atada por
el tobillo, que alego haber provocado el incendio como una tentativa de
suicidio.
En
la tercera planta estaban siete esclavos mutilados, con el cuello estirado y
sus miembros rajados. Otros con collares de hierro con pinchos que los obligaba
a estar estirados. Muchos más escuálidos y débiles a punto de morir de
inanición.
Las
autoridades llevaron a los esclavos a la cárcel local, donde fueron expuestos
para que el público conociera su terrible historia. Dos de ellos murieron al
poco de ser rescatados, su estado era muy frágil.
Allí
contaron como su dueña disfrutaba de torturarlos y azotarlos. Como desconfiaba
que le robaban la comida los obligaba a no ingerir alimento alguno sin su
permiso, esto provocaba desmayos de debilidad y en lugar de darles alimentos lo
mandaban enterrar en un ataúd aún con vida.
Todos
los esclavos temían subir a la tercera planta de la mansión ya que el que subía
no volvía a bajar.
Se
cavó en el jardín y allí se encontraron tumbas con cadáveres de esclavos, otros
fueron enterrados en los pantanos de Luisiana.
El propio juez
Jean- Francois Conange, que acudió a apagar el fuego dijo: “Había una mujer desnuda con un collar de hierro lleno de espinas
prisionera a la pared por una cadena. Las abundantes heridas en la espalda
evidenciaban el uso de látigos y hierros al rojo vivo““Una anciana negra tenía una herida profunda en la cabeza y estaba demasiado delgada como para hablar o caminar. Un hombre había sido castrado y la herida cosida con hilo, la lengua también se le había cortado para que no pudiera quejarse.”
Una
turba de ciudadanos fue contra la mansión con la intención de destruirla. En su
interior estaba una de las hijas que fue salvada por la policía local que acudió
al lugar. De la mansión solo dejaron las paredes. Todo fue destruido.
Cuando
el juez le pregunto al Señor Lalaurie sobre los actos de su esposa el contesto:
"algunas
personas debían quedarse en su casa en lugar de ir a las casas de otras para
dictar leyes y meterse en las vidas de los demás"
A partir de este momento toda la familia tuvo que
escapar de Luisiana. Se esconden en la casa de unos familiares en Alabama,
estos por temor a que el peso de la ley cayera también sobre ellos, les invitó
a marcharse lo antes posible.
A partir de aquí la información no es muy clara,
pero se dice que La señora Delphine Lalaurie murió en Paris cuando se
encontraba de caza. Eugene Baches, un enterrador el cementerio St. Louis descubrió
la siguiente inscripción en una tumba:
“Madame LaLaurie,
née Marie Delphine Macarty, décédée à Paris, le 7 Décembre, 1842, à l’âge de
6-.”
La
mansión fue restaurada completamente. El actor Nicolas Cage la compro en
2007 pero luego fue comprada por Regions
Financial Corporation. Actualmente esta considerada una de las casas más
embrujada de la localidad.
Varios
escritores alimentaron la leyenda negra de lo sucedido; se escribieron relatos
y apariciones en series sobre este personaje creciendo así los rumores,
supersticiones.