Terrores nocturnos

martes, 23 de diciembre de 2014

David Berkowitz: El hijo de Sam.

 David fue un asesino muy mediático. El motivo de sus asesinatos creó un gran revuelo en el momento. Hacia poco que la familia Manson había dejado huella en la sociedad cuando David gritó que sus asesinatos eran satánicos. Los profesionales médicos se dividían entre los que estaban a favor de las confesiones satánicas y los que creían que todo era una invención.
El 1 de Junio del 1953 nace Richard David Falco, su madre es Betty Broker Falco y su padre Joseph Kleinman. El nacimiento del pequeño fue una equivocación, ambos disfrutaron de un pequeño romance que dio como resultado el nacimiento de Richard. Su padre biológico no quiso saber nada del embarazo. Sola y desamparada dio a su hijo en adopción.
Una buena familia lo judía, Nathan y Perla Berkowitz, adoptan al infeliz muchacho. A partir de ese momento es conocido como David Richard Berkowitz.
Tenía una baja autoestima que enmascaraba con mentiras y aire de suficiencia.
Cuando su madre adoptiva falleció el solo tenía 14 años. Era la segunda vez que una mujer lo abandona. Su espiral de odio hacia el sexo femenino crecía con cada año que pasaba.
Al entrar en la adolescencia pasaba de un estado depresivo a uno violento con rapidez. Nunca sabían como tratarle o que decirle, pues su carácter era una bomba en continua explosión.
El mundo que le rodeaba no era como deseaba que fuese; lo convertía en una persona pequeña e ignorada.
Con veintitrés años se compra un revolver del calibre 44, algo poco común. El arma le ofrece una sensación de seguridad y poder. Algo que le faltó toda su vida. Por una vez era importante.
No pudo esperar a usarla, le quemaba en las manos. Deseaba mostrar su poder al mundo, gritarles que estaba ahí, quería que todos reconocieran su existencia.
-        El 29 de julio de 1976 aparecen las primeras víctimas del “Hijo de Sam”. Danna Lauria y Jody Valenti hablaban en el interior del coche. El reloj anunciaba la 1 de la madrugada cuando un hombre se acerco al vehiculo y las mató.
Aquí empiezan la ola de asesinatos que dejó a la población atemorizada. No atacaba a gente solitaria, sino que disfrutaba matando cuando estaban acompañados.
-        23 de Octubre. Carl Denaro recibió un disparo en la cabeza; Rosmery, que lo acompañaba, declaró que se produjeron 5 disparos, por fortuna no la alcanzaron. Carl no murió pero sufrió una lesión cerebral.
-         26 de Noviembre. Donna Lamáis y Joanne Lomino, volvían del cine cuando un hombre les pregunto:”¿Saben donde está…?”, antes de terminar la frase les disparo a ambas. Donna sobrevivió, Joanne quedó parapléjica.
-        30 de Enero de 1977. Cristine Freuna y Johan Diel, una pareja que hablaba tranquilamente en el coche fue asaltada por un hombre que no dudó en disparar a la joven. Johan pudo escapar y llamar a la policía.
-        8 de Marzo. Virginia Voskerichian es la única que fue asaltada en soledad. Intentó protegerse el rostro con  los libros que llevaba pero no es suficiente para una bala.
-        17 de Abril. Valentina Zurran y Alexander Esau, su novio. Estaban en el interior de su coche cuando les dispararon dos tiros a cada uno.
En este asesinato dejó una carta para el capitán Joseph Borrelli que estaba tras las pista del asesino del calibre 44. En ella se hacia llamar “El hijo de Sam”. También envió una carta al periodista Jimmy Breslin del periódico New Cork Daily News, en la que se leía: “Saludos desde las grietas en las aceras de Nueva york y de las hormigas que moran en estas grietas y se alimentan de la sangre seca del muerto, que se ha acumulado en las grietas… Saludos desde las alcantarillas de Nueva York, que se llenan con estiércol de perro, vómito, vino rancio, orina y sangre”.
-        31 de julio. Stacy Moskowitz y Bobbi Violante, caminaban hacia el coche cuando les dispararon. Stacy muere y Bobbi pierde la totalidad de un ojo izquierdo y el 20% del otro.
En este asesinato existía un testigo que acercaba a la policía hasta el asesino. Otro dato fue el reconocimiento del vehículo visto en algunos escenarios de los crímenes, un ford Galaxi.  
David salio de casa con una bolsa en la mano cuando fue rodeado por agentes de la ley. El día 10 de agosto de 1977, era detenido.
Cuando lo interrogaron confeso cada uno de los crímenes. A lo que añade que todos y cada uno fueron realizados por pertenecer a una secta Satánica: “La iglesia del progreso”.
Durante un tiempo se creía que David no actuaba solo, muchos detectives defendían que existía más de un criminal en esta serie de asesinatos.
No existía ninguna prueba que defendiera de forma contundente esa teoría. El caso se hizo muy famoso por esta controversia: ¿Existe realmente un culto a Satán en la sociedad de hoy en día? o ¿Son sólo cuentos?
David defendía ser adorador del demonio. Con una esquizofrenia diagnosticada, decía que el perro de su vecino, Sam; era quien le ordenaba cometer los asesinatos.
Con el tiempo la teoría de los satánicos se tambalea y empezaron los rumores de que lo único que buscaba era la fama que los medios de comunicación le estaban regalando.
En 1979 llama a la prensa confesando que todo se lo había inventado para poder perdonarse a si mismo. Sin embargo, en muy pocos lugares hacen alusión ha esta confesión, pues la historia Satanista es más fácil de vender.

   David Berkowitz fue sentenciado a 6 condenas perpetuas. Se convirtió al cristianismo y lleva una organización en la cárcel llamada: “Judíos por Jesús”.



   



martes, 21 de octubre de 2014

El Asesino Otaku


Tsutomu Miyazaki fue un asesino japonés que destacó por la gravedad de sus asesinatos y no por el número de los mismos. Atacaba a niñas deseando satisfacer sus deseos sexuales y recrear sus fantasías Hentai.

Tsutomu nació en 1962, el 21 de agosto. Fue un bebe prematuro y debido a ello tubo serios problema en sus muñecas, no movía correctamente las manos, debía mover todo el antebrazo para poder girarlas.
Su padre era Katsumi Miyazaki, dueño de un periódico local, gracias ello su familia poseía una significativa influencia social. Sus padres eran adictos al trabajo, con lo que desatendían a sus hijos.
A partir de los 5 años sufrió diferentes burlas por sus compañeros de clase, a los niños les divertía las raras manos que tenía. Empezó a sentirse acomplejado hasta tal punto que escondía sus manos.
Cada vez que intentaba hacer algo y no era capaz, se frustraba, culpaba a sus limitadas manos. Se encerró en si mismo, y su autoestima estaba por los suelos.
Empezó a leer comics manga que lo transportaban a mundos y lugares donde no tenia que preocuparse por sus manos; su imaginación le hacia vivir en una vida paralela hecha a su medida.
El muchacho mostró su inteligencia en los estudios, sus notas eran de las mejores. Entró en Meidai Nakano High School y su objetivo final era la universidad de Meiji. Pero el mundo real no era tan divertido como la que aparecía en sus comics, y cambio los libros de estudio por los de manga.
Al no conseguir la nota necesaria para entrar en la universidad se dedicó a la fotografía, de esta manera entró en el negocio familiar. Aunque la familia trababa junta, no estaba unida. Sus padres que vivían para trabajar seguían desconociendo los problemas de su hijo.
Tsutomu no solo se avergonzaba de sus manos, si no también de su miembro, el cual era muy pequeño e impedía que Tsutomu mantuviera relaciones con una mujer. Sus únicas experiencias sexuales eran las que mantenía consigo mismo mientras se precipitaba al mundo del Hentai, la única temática que lo obsesionaba y donde su frustración sexual se mitigaba.
Llegó a decir que más de una vez había pensado en el suicido. Cuando le preguntan por que no contó estos problemas a sus padres, dijo: “Si hubiese tratado de hablar con mis padres acerca de mis problemas, ellos me habrían ignorado”.
Sus hermanas mataban el tiempo riéndose de él. En la familia la única persona que tenia afecto por el muchacho era su abuelo Shokichi.
Con los años sentía avidez por la pornografía, el Hentai no le satisfacía, su apetito sexual era muy elevado y necesita mucho más. Lo habían visto sacando fotos a las tenistas en los partidos, enfocando la entrepierna.
No tardó en caer en la pornografía infantil. Su apetito crecía, sin embargo era incapaz de acercarse a ninguna mujer, las observaba desde lejos imaginándose miles de escenas que había visto en sus videos.
La muerte de su abuelo, su único mentor, lo traumatizó de tal manera que se comió parte de las cenizas. Sus arrebatos de cólera se encendían con frecuencia, llegando a golpear a su hermana cuando lo pilló sacando fotos mientras se duchaba.
Tsutomu era un hombre obediente, cohibido y muy tranquilo, nadie sospechaba lo que escondía bajo su mirada perdida. Gracias a esta careta pudo acercarse a las niñas sin levantar sospechas.
El primer asesinato ocurrió el 22 de agosto 1988. Mari Konno (今野真理 Kon'no Mari)  con tan solo 4 años fue brutalmente estrangulada en le bosque que rodea la central de Shintama. Dejó el cadáver desnudo para que los animales se alimentaran.
La policía buscó a la niña durante cuatro semanas y dieron avisos a los padres de que vigilaran a sus hijos.
El 3 de octubre de 1988, la pequeña Misami Yoshizawa (吉沢正美 Yoshizawa Masami) de siete años, tuvo la mala suerte de encontrarse con Tsutomu. Convenció a la pequeña para que subiera al coche y se la llevó a las colinas de Komine Pass. En cuanto se sintió seguro la estranguló y abusó de su pequeño cuerpo.
Los dos cuerpos estaban a una distancia de apenas 100 metros.
El movimiento de la policía y de los vecinos aumento, habían desaparecido dos niñas en un periodo muy corto. Se empapelaron las calles con carteles donde aparecía la imagen de la pequeña Misami. Pero al igual que la vez anterior no se encontraron pistas.
El día 12 de diciembre mata a una niña de cuatro años, Erika Namba (難波絵梨香 Namba Erika). La introdujo en el coche. La llevó a Naguri,  donde la obligó a desnudarse mientras le sacaba fotografías. No contaba con que otro coche pasara cerca. Tsutomu se asusta y cuando la niña empieza a llorar, sufre un arrebato de ira y la estrangula.
Envolvió el cuerpo en una sabana y lo introdujo en un baúl que tenia en el coche, dejó el cadáver a 50 metros de la casa de los padres de la pequeña. El cadáver fue encontrado atado de pies y manos.
La policía peinó el bosque, pero no encontraron pistas. Estaba claro que todas las niñas eran de la misma zona. La policía empezó a sospechar que era obra de un único asesino, un asesino en serie.
Todas las familias tenían un nexo en común, y es que todas después de que sus hijas hubieran desaparecido sufrían llamadas reiteradas. Cuando contestaban al teléfono nadie contestaba, simplemente se escuchaba el silencio; si no contestaban, el teléfono podía sonar durante 20 minutos sin parar.
La seguridad se había duplicado, era peligroso matar a una niña cuando todo el vecindario estaba en alerta. Al no poder calmar su ansia sexual, se divertía torturando a los padres. Les mandó cartas destruyendo todas las esperanzas de encontrar a las niñas con vida.
El día 6 de febrero el padre de Mari recibe una caja con restos humanos calcinados y la ropa de su hija rasgada. En la parte superior de la caja habai una nota: “Mari. Huesos. Cremación. Investigar. Probar”.
El día 11 de febrero, poco satisfecho, envía una carta donde incluye una foto de la pequeña.
‹Puse la caja de cartón con los restos de Mari delante de su casa. Hice todo. Desde el inicio del incidente Mari hasta el final. Vi la conferencia de prensa de la Policía, donde dijeron que los restos no eran Mari. Ante las cámaras, su madre dijo que el informe le dio nuevas esperanzas de que Mari aún podría estar viva. Supe entonces que tenía que escribir esta confesión para que la madre de Mari no siguiera esperando en vano. Lo repito: los restos son de Mari››. 
La carta la firmo con el nombre de Yoko Miada, un ser ficticio con el que se hacia un juego de palabras con las que quería decir “ahora te diré”.
Se creó un gran alboroto por la crueldad y el horror de la afirmación de que las niñas estaban muertas, tal y como sospechaban.
Las cartas fueron analizadas sin éxito, pues estaba hecha con fotocomposición.
Había pasado meses desde su último asesinato. Pasó por el colegio de Akishima donde unas niñas jugaban tranquilamente. Se acercó a una de ellas y empezó a fotografiar sus braguitas. Un vecino que pasaba cerca lo vio, dio voces para alertar a otros vecinos, Tsutomu salió corriendo antes de que lo alcanzaran.
El 6 de junio, Ayazo Nomoto (野本綾子 Nomoto Ayako) de 5 años jugaba en el parque Ariake. Convenció a la pequeña para sacarle fotos, entre risas y bromas la introdujo en el coche. Estacionó el vehículo a 800 metros, cuando la niña le hizo un comentario sobre sus manos, sufrió un ataque de ira, la estranguló y golpeó con furia el cadáver. Después lo envolvió en una sabana y lo escondió en el maletero.
En esta ocasión no abandonó el cadáver. Se lo llevó a casa donde colocó el cuerpo de tal forma donde destacaba la entrepierna. Tomó varias fotos mientras se masturbaba.
Mantuvo el cadáver en la casa, pero el segundo día el cuerpo olía muy mal, sabia que debía deshacerse de el. Le cortó la cabeza, las manos y los pies.
El torso lo abandonó en el baño público del cementerio de Hanno. Quiso probar el sabor de la carne humana, así que cocino las manos y comió un poco. Los demás miembros los tiró por el bosque de Mitakeyama.
Se encontró el torso de la niña. Los vecinos estaban nuevamente en alarma, la policía se sentía frustrada al no encontrar pruebas y temían que la ola de crímenes volviera nuevamente.
El 23 de julio de 1989, Tsutomu vio a dos hermanas, se acercó a ellas. La mayor le indico a la pequeña que no se moviera mientras ella corría a buscar a sus padres. Cuando volvió se encontró a la pequeña desnuda mientras Tsutomu fotografiaba la entrepierna. El padre lo agarró y lo golpeó, pudo zafarse de la ira del hombre y corrió hacia el coche, no contaba con que la policía estuviera esperándolo.
Confesó cada asesinato y mostró los lugares exactos donde había tirado los cadáveres de las niñas.
Fue declarado culpable de “Los crímenes del Otaku”. Su padre avergonzado se negó a pagar a un buen abogado y posteriormente se suicidó.
En 1997, después de haberle realizado pruebas psicológicas, se dictamino que sufría un trastorno de personalidad múltiple y esquizofrenia extrema, pero esto no lo eximia de los crímenes ya que era consciente de lo que hacia.
Se le condenó a ser ahorcado, un método muy acorde a lo que él hacia. Durante años estuvo en el corredor de la muerte suplicando por la inyección letal. Su petición fue desatendida.
El 17 de enero del 2006 murió en la horca.

martes, 30 de septiembre de 2014

Pedro Nakada

Nakada fue un psicópata con esquizofrenia paranoide que juraba asesinar en nombre de Dios, con la misión de limpiar el mundo. Una excusa que le valió para asesinar alrededor de 25 personas.

El 28 de febrero de 1974, nació Pedro Pablo Mesias Ludeña, en Huaraz. Sus padres se llaman José y Maria; vivían en la ciudad de Augusto en Lima. Sus padres cambiaron de domicilio en el 2001, a Huaral, donde se desatarían los asesinatos.
Su padre era un hombre alcohólico que maltrataba a su mujer constantemente. Sus hermanas lo obligaban a vestirse como una niña y lo obligaban a salir a la calle. Los vecinos y transeúntes al verlo se unían a la lluvia de risas y burlas.
Ese no sería uno de los peores capítulos que viviría al pequeño Pedro. A la edad de 4 años la familia tenía una perra embaraza que apareció muerta. Todas las culpas cayeron sobre el jovén; una familia normal hubiera buscado la verdad y como mucho regañado al pequeño. El castigo fue que todos sushermanos abusaron sexualmente de el.
“Odio a los maricones. Cuando yo era niño, mis hermanos me violaron porque creían que yo había matado a una perra que teníamos y que además estaba preñada. Juro que yo jamás le hice nada al animal”
Este no fue el primer capítulo de sadismo sexual que sufrió a tan tierna edad. Después del primer episodio se dedicó a torturar y matar animales indefensos, empezó hacer aquello por lo que había sido acusado. Incluso llegó a cocer a un gato vivo. :‹‹“Tú lo mataste, tú lo mataste”. Yo les decía que no, y ellos no me creían; y como me dijeron eso, entonces yo comencé a matar animales. Mi mayor defecto es ser colérico, la cólera me hacía matar››. “Mi madre era bipolar, cambiaba de carácter, no podía confiar en ella… Cuando era chibolo, mi mamá me golpeó como salvaje y yo de cólera quemé al gato en la sartén hirviendo”.
Así describe a su familia: “Es mala, mi familia es mala. Mis padres siempre peleaban. Se insultaban mucho. Desde que yo era chico. Éramos nueve hermanos. Yo soy el tercero. Me molestaban los laberintos. Mi papá le pegaba mucho a mi mamá. Yo me escapaba de la casa. Pero volvía, escondido, para que mi papá no me pegara con un cable. Volvía por no tener dónde comer. Con mis hermanos nos criamos separados. Con un tío, con una tía…, mi hermana me violó, ella era mayor… Mi hermano me obligó a tener sexo oral, yo tenía seis años ¿Hay gente que no me cree? Yo no olvido lo que viví…”
En el colegio era un muchacho obediente, retraído e inseguro. Era el muchacho perfecto para convertirse en la diana de todos los alumnos. Su estancia en el colegio era tan insufrible como la que vivía en su hogar. Recibía constantes palizas y burlas. Finalizó la escuela en el tercer curso.
Toda su ira se fue caldeando en sus entrañas hasta que finalmente salio a la superficie.
En 1990 ingresó en el Ejército Peruano con la finalidad de conseguir el respeto y la fuerza de la que carecía. Sin embargo el comportamiento y las murmuraciones que Pedro hacia a sus compañeros sobre que oía la voz de Dios, no pasaron desapercibidos para los profesionales psicólogos del ejército que enseguida le diagnosticaron esquizofrenia paranoide. La idea de ponerle un arma en las manos y enseñarle a usarla era un riesgo que no querían correr. A los dos meses de ingresar fue expulsado.
Esta expulsión fue determinante en la primera muerte. Frustrado, viendo como sus sueños de convertirse en alguien que influyera respeto y miedo, con poder para empuñar un arma desaparecía. Intentó robar unas sandalias, pero el dueño, un campesino, lo pilló. Pedro cayó sobre él con toda su ira, aquí cobraría su primera víctima.
En un momento dado decidió cambiar de apellido, haciéndose pasar por un joven adoptado por japoneses, de ahí viene el apellido Nakada. Deseaba tener un visado para disfrutar de los privilegios que tienen los descendientes de Japoneses.
La mente de Pedro empezó a escuchar voces de quién el cree que es Diós. Un Dios vengativo que ordena limpiar el mundo de prostitutas, drogadictos, homosexuales y vagabundos. “Yo no soy un criminal, soy un limpiador, he librado a la sociedad de homosexuales y vagabundos”, “Sólo trato de purificar la tierra de prostitutas, drogadictos, homosexuales y asaltantes”,“¿Qué siento cuando mato –dice–? Siento que ayudo. ¿A qué? A que la gente cambie. A que el mundo cambie. Quiero que haya paz.”
Se veía a si mismo como un mensajero de Dios, álguien que tiene una misión divina y por ello es especial ante todos los demás; alguien único. Con estas ideas tenían una excusa perfecta para cada asesinato, de esta manera no se sentía culpable, ya que quién tomaba las decisión era otra persona, él solo las ejecutaba.
No todas las víctimas que causo seguían el patrón que el dictaba. Según los psicólogos, pese a su esquizofrenia paranoide, era una persona capaz de distinguir el bien del mal, por lo tanto era consciente de cada asesinato aunque lo excusase para no sentir su propia culpabilidad.
De los 25 asesinatos confesos, solo se demostraron algunos de ellos.


- Carlos Ediberto Merino Aguilar. El 1 de enero de 2005 recibió un disparo en la playa de Chorrito de Chancay. Pedro dijo que temía que le robaran, sin embargo, fue al revés.

- Teresa Cotrina Abad: 31 de mayo de 2006. Le disparo en la cabeza. Cuando le preguntaron el porqué de este crimen, respondió: ‹‹la encontré fumando droga, pase por su lado y me pregunté: “esta señora por las puras vive”, y le disparé dos balazos en la cabeza››

- Walter Sandoval Osorio. 20 de julio de 2006. Aún estaba vivo cuando fue ingresado en el Hospital, pero no duró mucho. Pedro por una vez acertó, Walter resultó ser un asesino.

- Gerardo Leonardo Cruz Libia. 8 de agosto del 2006. Su cuerpo estaba en un pozo de agua, le habían disparado en la cabeza. El motivo de su muerte era el miedo que tenía Pedro de que Gerardo lo delatase por uno homicidio y robo que habían perpetuado ambos hace tiempo.

- Walter Taranzona Toledo. El 18 de agosto de 2006. Le disparó y lo tiró a un canal de agua vacío. Lo mató por estar fumando drogas.

- Maria Verónica Tolentino Pajuelo, de tan solo 15 años. El 19 de agosto del 2006. Murió de un disparo. El crimen de la niña fue tener una bicicleta que Pedro necesitaba en ese momento; después de matarla se dio cuenta de que tenía una llanta rota. Se lamenta de este asesinato, pero se justifica como daños colaterales para un bien mayor.

- Hugo Vílchez Palomino. 18 de Noviembre del 2006. Hugo iba en su bicicleta por el Camino Viejo a la Esperanza Alta cuando Pedro y los hermanos Ciriaco, que circulaban en moto, lo obligaron a parar. Pedro le disparó, le robó su arma, su móvil y un discman, cosas que se repartieron entre ellos. Cuando la policía le pregunto a Pedro por esta muerte, dijo que Hugo deseaba acostarse con su mujer.

Su mente paranoide tenía que buscar un motivo para que su asesinato fuera justificado, él no podía ser el malo, sino el enviado para hacer cosas buenas, para mejorar el mundo, sin importar quien cayera.

- Widmar Jesús Muñoz Villanueva. 19 de noviembre del 2006. Es un estilista de una conocida peluquería. Era sabido que era Gay y según Pedro se dedicaba a la prostitución contagiando a otros hombres de sida. Después de matarlo robó el dinero de la caja. “Me había enterado de que el cosmetólogo que trabajaba allí era homosexual, tenía sida y se prostituía. Le pedí que me diera un servicio (sexual). Cuando se bajó el pantalón, le disparé tres veces en la nuca”

- Luis Enrique Morán Cervantes, Pedro Omar Carrera Carrera y Enoch Eliseo Felix Zorrilla. 22 de noviembre de 2006. Los encontraron en la Pampa de la Huaca. Los tres circulaban en un taxi, el primero era el conductor. Pedro los atracó y los mató por que según él se dedicaban a atracar a otras personas. El delirio aumenta.

- Nell Camaleón Pajuelo. El 10 de diciembre de 2006. Pedro y los hermanos Román Joel y Percy. Con engaños lo llevaron hacia el poblado Sacachispa. Allí lo mataron y arrojaron su cadáver cerca de donde se encontró a Hugo Vilchez.

- Nazario Julian Tomariz Perez y Didier Jesús Zapata Dulanto. 17 de diciembre del 2006. El cadáver estaba en la Urbanización Aparicio. Ambos eran pareja, caminaban tranquilamente. “Yo maté a los profesores Nazario Tamariz Pérez y Didier Zapata Dulanto, ellos caminaban por el borde de un canal de regadío agarrados de la mano, se hacían cariños como una pareja de enamorados, y como yo soy el ‘purificador de la tierra’, no quedó otra opción que asesinarlos, porque los homosexuales solo hacen daño a la sociedad”.

- Agustín Andrés Maguiña Oropeza y Luis Melgarejo Sáenz. 24 de diciembre de 2006. Pedro le reventó la cabeza a balazos. Los dos amigos solían emborracharse juntos. “Mato a las personas para que no sigan sufriendo. Por ejemplo, a dos alcohólicos los investigué por más de un mes, y cuando me enteré dónde era el lugar en el que se refugiaban, preparé mi arma para que con un sólo disparo descansaran en la paz de Dios”…

- Nicolás Talentito Purizaca. 27 de diciembre de 2006. Lo auxilio la policía, pero no llegó vivo al hospital. Según Pedro Nicolás le había robado hacía 3 años, el cual fumaba droga y había robado a otras personas.

Los asesinatos hubieran aumentado si no fuera por la multitud de testigos que llevaron a la policía directamente hacia el taller donde Pedro trabajaba. Al principio no estaban seguros de que ese hombre pudiera ser el asesino que estaba aterrorizando a la población. Cuando la policía fue a por él, en lugar de dejarse arrestar opuso resistencia, sacó su arma de 9 mm, calibre que uso con cada una de sus víctimas. En pleno taller se armo un buen tiroteo donde algunos policías salieron heridos. Finalmente lo capturaron.


Cuando lo llevaron a comisaría Pedro confesó su plan maestro. Para celebrar el Año nuevo, tenía pensado arrojar una granada en una discoteca que celebrara el año nuevo, estaría lleno de jóvenes que beberían y bailarían hasta el alba:“Quería meter una granada de guerra a la discoteca esa, para que se mueran todos los corruptos, todos los perdidos, todos los fumones que están ahí”


En los juicios se le condenaron por el asesinato de 17 personas, aunque el confesó haber matado a 25. “Ustedes están equivocados. Yo maté a 25 personas porque no merecían vivir. A todos les disparé un balazo en la cabeza”.

En un principio se le condenó a pasar 35 años de cárcel, pero en 2009 después de la visita de varios especialistas lo llevaron al pabellón de psiquiatría del Penal de Lurigancho, donde aún sigue encerrado.

El primer día que fue encerrado en la cárcel suplicaba que alguien acabara con su vida, intentó suicidarse golpeándo la cabeza contra las paredes: “Pido un fusilamiento… algo práctico… así como hice con la gente… les metí un tiro en la cabeza” Después de ese intento de suicidio fue vigilado.

A la prensa les explicaba de esta manera el motivo de sus crímenes:“Escucho la voz de mis padres y una voz mala que me dice que mate a toda la gente corrupta, como homosexuales, rateros, alcohólicos y maricones. Pero ya no puedo cumplir la misión de Dios ya que me capturaron. Ahora sigo escuchando esa voz que me dice que me mate”.

Aún hoy en día Pedro dice a todo el que le quiere escuchar que si sale libre volverá a continuar con la misión de Dios.

viernes, 25 de julio de 2014

Theodore Robert Cowell Bundy

Theodore Robert Cowell Bundy o más conocido como Ted Bandy. Fue uno de los asesinos en serie más prestigioso. Se escondía dentro de la sociedad con una máscara de seguridad, confort y falsas bondad. Al igual que el lobo se disfraza de oveja magullada para intentar que los corderitos le dejen entrar, Ted fingía una lesión en la mano o en la pierna y suplicaba ayuda a las jóvenes que se acercaban.



Ted nació en 1946 en la institución Elizabeth Lund Home para madres solteras. Su padre era un piloto de las fuerzas aéreas que se desentendió de la madre de Ted, dejándola sola al cargo del bebe.

En aquella época ser madre soltera era una vergüenza. Sus abuelos, unos devotos religiosos, anunciaron que habían adoptado al muchacho y durante cuatro años esta mentira fue tan consolidada que Ted creía que sus abuelos eran sus padres y que su madre era su hermana mayor.

Ted hablaba de su abuelo como un ser tirano, racista, que se divertía maltratando animales y que escondía un gran arsenal de porno; Ted disfrutaba ojeando este material con su primo a escondidas. Su abuela era una mujer sumisa que acabo con un problema de agorafobismo.

Louis, la madre de Ted, se enamoró de Johnnie Culpepper Bundy esta vez finalizó en matrimonio. Le cambiaron el apellido de Ted por el de su nuevo padre y su fueron a vivir juntos. Ted tuvo cuatro hermanos, pero por mucho que se esforzara, jamás se sintió como miembro de la unidad familiar.

Era un joven avispado e inteligente, no le faltaron medios ni simpatías de quienes lo rodeaba. Su inteligencia le abrió varias puertas en la universidad, donde el trato carismático que tenía causaba efecto entre sus profesores. Estuvo involucrado en actividades comunitarias, le obsequiaron con una medalla por salvar la vida de un niño de tres años, e incluso ayudo al partido republicano en las elecciones.

Era una joven promesa, un ciudadano modelo, el hijo que cualquier madre quería tener. Nadie diría que era fachada, ya que su interior se escondía un infierno de sangre y terror.

Su gran amor y obsesión fue Stephanie Brooks, una joven que cursaba los estudios de psicología. Esta relación quebró cuando la joven se graduó y no vio estabilidad en Ted; su vida era carente de objetivos. Quizás llegó a esta conclusión por que Ted era incapaz de mantener un sólo trabajo. Sus jefes decían que no era de fiar; quizás al lobo se le estaba cayendo la piel de cordero.

Su siguiente relación fue con Elizabeth Kloepfer, una mujer divorciada que tenía una niña. Esta relación duro cinco años. Durante ese tiempo Ted se aficionó al porno duro. Años más tarde diría: “llegas al punto en que la pornografía no da para más (…) y empiezas a preguntarte si quizá llevarlo a la práctica te va a dar eso que no alcanzas sólo leyéndolo o mirándolo”. "Sucedió en etapas, poco a poco, mi experiencia con la pornografía en general, pero con la pornografía que presenta un nivel alto de violencia sexual, una vez que te vuelves adicto a ella, —y esto lo veo como una especie de adicción igual que otros tipos de adicción— comienzas a buscar todo tipo de material con cosas más potentes, más explícitas, más gráficas. Hasta llegar a un punto en el que la pornografía va tan lejos que comienzas a preguntarte como sería hacerlo en realidad"

Espiaba a las mujeres al desnudarse y cuando no hacia esta actividad, que ocupaba casi todo su tiempo, realizaba pequeños hurtos en tiendas.

Se reencontró con Stephanie, mantuvieron un pequeño romance a espaldas de Elizabeth, pero no duró mucho. Ted deseaba hacerle pagar el mismo amargo plato que ella le había dado a probar. Le llenó la cabeza de palabras como: boda, para siempre, juntos. Al cabo de unos meses se cansó y la abandonó; ella le llamó varias veces, pero para deleite suyo nunca le contestó.

Unos meses más tarde, en enero de 1974, aparecía el primer crimen. Joni Lenz de 18 años había sido golpeada y sodomizada con una pata de la cama. La joven sobrevivió con daños cerebrales.

Ted no esperaría mucho en volver a atacar, solo veintisiete días. Entró en el dormitorio de la joven Lynda Ann Healy. La golpeó y la secuestró, su cuerpo fue encontrado un año más tarde.

El verano de 1974, muchas jóvenes desaparecieron o fueron cruelmente asesinadas:

- Carla Valenzuela, su cadáver lo encontraron un mes más tarde, a su lado había otro cuerpo que no se pudo identificar.

- Nancy Wilcox, nunca se encontró su cadáver.

- Donna Mason, desapareció después de un concierto en el campus.

- Dudan Rancourt, se la vio por última vez cerca de unos jardines

- Roberta Parks, había quedado con unas amigas, nunca llegó a su destino

- Brenda Ball, necesitaba que la llevaran a Washinton, no se supo nada de ella.

- Georgann Hawkins, se fue a buscar unos libros.

- El doble asesinato de Jan Ott y Dense Naslund. Quería que las dos supieran que iban a ser violadas y asesinadas.

- Melisa Smith, hija del sheriff, se encontró el cadáver 9 días después de su desaparición.

- Laura Aimee, su cadáver estaba en el monte.

Estos asesinatos se produjeron en diferentes lugares: Washington, California, Seattle, Canadá, Utha. El continuo movimiento de Ted complicó su búsqueda. Al principio pensaban que eran asesinatos independientes, hasta que se dieron cuenta de que usaban el mismo patrón.

Varios testigos habían visto a las jóvenes hablar con un hombre que tenía la mano escayolada y necesitaba ayuda para meter unos libros en el coche, en otras ocasiones era el propio coche el que estaba averiado; siempre usaba el mismo vehiculo un volskwagen.

Las descripciones del hombre variaban, Ted tenía una gran facilidad para cambiar su aspecto, con bigote, sin bigote, pelo largo, corto. Era una persona inteligente que se burlaba de sus víctimas y de la policía.

La falsa creencia de que nunca lo encontrarían, hizo que se confiara y cometiera errores; como el que cometió con Carol DaRonch. Se acercó a ella haciéndose pasar por policía, la obligó a subirse al coche y cuando intentó esposarla, esta pudo zafarse; en el forcejeo le dio un buen golpe y el rostro de Ted sangró. Esas gotas de sangre que cayeron sobre Carol fueron importantes para saber cual era el tipo de sangre que tenía el atacante.

La misma noche que atacó a Carol, al verse frustrado, volvió a por Debby Kent, sus padres la buscaron, pero lo único que encontraron fueron las llaves de las esposas con las que Carol se había presentado en la policía.

En 1975 la sed sangre continuaba y sus víctimas crecían.

- Caryn Campbell, violada y brutalmente golpeada, su cadáver apareció a kilómetros del hotel donde se alojaba.

- Aparece el cráneo de Brenda Ball y trozos del cuerpo de Lynda Healy, Susan Rancourt, Roberta Parks y Donna Mason.

- Julie Cunnigham, su cadáver no ha sido encontrado.

- Dense Oliverson, iba a visitar a sus padres,desaparecida.

- Melanie Cooley, asfixiada con una funda de almohada.

- Dhelley Robertson, practicaba autostop, encontraron el cadáver el 21 de agosto.

Fue su novia Elizabeth Kloepfer o como se hacia llamar Meg Anders quien vio el retrato del asesino que buscaban las autoridades y se alarmó al ver el increíble parecido que tenía con Ted. Llamó de forma anónima a la policía, incluso mando fotos. No fue la única, Liz y Ann Rule, excompañeras del trabajo de Ted, llamaron a la policía. En ese momento existían 3.000 sospechosos y Ted no daba el perfil de asesino. Obviamente el joven, inteligente y bien relacionado Ted no podía haber realizado unas atrocidades como aquellas.

Fue casualidad que un día mientras Ted circulaba por la carretera, un agente de tráfico quisiera comprobar su matrícula. Ted en lugar de parar y ofrece su ayuda, como hubiera hecho en cualquier otra situación; se hecho a la fuga, alertando al policía. Al finalizar la persecución encontraron en su vehículo, esposas, una palanca de metal, cinta americana y varios objetos sospechosos. Todas las miradas se centraron en Ted por primera vez.

Tenía 29 años cuando comenzó su primer juicio. Ted estaba confiado de que no existía nada en su contra. No se imaginó que Carol DaRonch, la víctima que se le escapo estaría ahí para acusarle. Lo sentenciaron a cadena perpetua.

La policía de Colorado también levantó cargos en su contra al encontrarse cabellos en el coche que pertenecían a varias jóvenes asesinadas.

Después de haber estudiado derecho, fue tan engreido como para pensar que podía defenderse a sí mismo. Le permitieron ir a la Biblioteca de la corte de Aspe para consultar unos libros. Se escapó por una ventana.

Durante 6 días vivió en una caravana y lo encontraron cuando intentó robar un volkswagen.

Volvió a escapar en enero de 1997; trepó por el techo hasta otra estancia, donde esperó a que no hubiera nadie cerca y salió por la puerta de los funcionarios de prisiones. No se dieron cuenta de su desaparición hasta 15 horas más tarde.

Se cambio de nombre por el de Chris Hagen, estuvo viviendo en Chicago y en Florida.

1977 ocurrió un horrible suceso. En la fraternidad Chi Omega aparecieron muertas Lisa Levy y Margaret Bowman, la joven Kathy Kleiner pese a la gravedad de sus heridas, sobrevivió. Una de las jóvenes que volvía a la fraternidad vio salir a un hombre que llevaba una gorra azul.

Esa noche, no satisfecho, atacó a Cheryl Thomas. La golpeó hasta fracturarle el cráneo por 5 lugares. La joven sobrevivió con terribles secuelas como la pérdida auditiva y problemas de equilibrio.

El cuerpo de la joven Kimberly Leach de apenas 12 años, se encontró ocho semanas después de su desaparición.

Antes de ser detenido por última vez, volvió a tener una pequeña persecución con un guardia de trafico, quién había confirmado que el vehículo que conducía Ted era robado.

El 25 de junio de 1979, comenzó el juicio por los asesinatos de la fraternidad que tuvieron una gran presencia mediática. Ted una vez más pensó que no existían suficientes pruebas, pero había dejado un buen rastro de ellas, incluso la marca de sus dientes en la carne de una de las muchachas fallecidas.

Se le condenó a pena de muerte. Intentó por todos los medios apelar, incluso se guardo información de más asesinatos con la promesa de hacer una declaración si le aumentaban el tiempo de condena, pero fue en vano.

Llegó a defenderse si mismo en un juicio. Contaba con su don de gente, su tacto de cordero, su encanto y su carisma; pero esta vez no engañó a nadie, todos veían el sádico asesino que era.

Durante el tiempo que estuvo en el corredor de la muerte se lo pasó haciendo entrevistas, convirtiéndose en el protagonista de documentales.

Llegó a ayudar a la policía en el caso de Gary Ridgway. Su asesoramiento fue decisivo para descubrir al criminal. Ted uso esta nueva faceta para conseguir más tiempo. Incluso los investigadores del caso ayudaron a la apelación solicitando tres años más al declarar que la ayuda de Ted era valiosa. Sin embargo la apelación fue denegada.

En una ocasión un periodista le preguntó: ¿Mereces morir?. Ted respondió: pienso que la sociedad merece ser protegida de mí y de gente como yo

El 24 de enero de 1989 Ted tuvo su cita con la silla eléctrica a las 7.16 en la prisión de Starke, Florida.



Su vida quedaría inmortalizada en dos películas.

- Ted Bundy la película de 2002

- Un extraño a mi lado de 2003, basada en un libro que escribió Anne Rule, una mujer que entrevistó persona


lmente a Ted en la cárcel.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Henry Lee Lucas y Ottis Tole


Hay un dicho que dice así: “Dios los hace y ellos se juntan”; no existe mejor ejemplo de esta frase que la existencia y el encuentro de estos dos.



Henry Lee Lucas



Nació en Virginia el 23 de agosto de 1936, su madre se llamaba Nely Viola y su padre Anderson.

Viola mantenía a la familia con los ingresos de la prostitución. Tuvo varios hijos de los que se fue desprendiendo, dándolos a familiares, entregándolos en adopción o abandonándolos en orfanatos.

El nacimiento de Henry fue inoportuno y muy poco deseado; desde su nacimiento fue dejado a su suerte, privado de cuidados y educación. Su madre hacia que su hijo de corta edad viera como se acostaba con diferentes hombres; lo vestía como si fuera una niña y lo obligaba a presentarse con esa vestimenta en el colegio, donde era objeto de burlas.

De pequeño Henry sufrió un accidente en un ojo, su madre no se molesto en llevarlo al médico y acabo perdiéndolo.

Viola era una mujer extremadamente violenta, no solo con su marido, sino también con sus hijos. En una ocasión le propino tal paliza a Henry que lo dejó inconsciente 3 días, fue su proxeneta “El tío Bernie” quien llevó al niño al hospital, el pequeño tuvo secuelas durante mucho tiempo.

Su padre, Anderson, era un hombre que ahogaba sus males en la bebida; había perdido sus piernas al quedarse dormido sobre las vías de un tren. Fabricaba Whisky casero, poco se vendía por qué acababa bebiéndoselo.

Con 10 años Henry era un niño alcoholizado que acompañaba a su padre en sus continuas borracheras.

En una ocasión la discusión entre sus padres llegó a tal violencia que Anderson se marchó de casa. Lo encontraron al día siguiente muerto por congelación.

El tío Bernie le enseñó a Henry a mantener relaciones sexuales con animales y a degollarlos una vez satisfecho. Henry aprendió rápido e incluyó un extra: volvía a saciar sus apetencias sexuales una vez que los animales estaban muertos, esta segunda penetración le excitaba más que la primera.Como se verá más adelante estas enseñanzas las pondrá en práctica el resto de su vida.

Escapó de casa, pues no quería seguir viviendo con su madre. A tan joven edad y sin haber aprendido ningún oficio se dedico a robar.

Con 15 años había matado a una muchacha de 17 años que se había negado a mantener relaciones sexuales, se creé que podría tratarse de Laura Burnley, pero esto se sabría años más tarde

Entró y salió de reformatorios, hasta que finalmente acabó en la cárcel.

Al salir de la cárcel visita a su madre el 11 de enero de 1960. Se enfrascaron en una discusión. Fueron muchos años de maltratado, la ira habló a través del cuchillo de Henry que acabo en la garganta de Viola. Al ver a su madre moribunda en el suelo la violó, moriría unos días más tarde por las heridas.

Henry pasó cinco años en la cárcel pero por su conducta suicida acabo en un psiquiátrico. En aquel momento estaba en auge los tratamientos por electroshock.

En 1970 sin haber finalizado la terapia lo dejaron libre, Henry sin saber a donde ir se dirigió a casa de su media hermana donde intentaba integrarse, aun así no pudo resistirse y mató al perro de la familia.

Deseaba formar una familia y tener una vida normal; se casó con una amiga de su hermana Betty Crawford que tenía dos hijas, vio en ella una familia formada. Su mujer trabajaba y él se quedaba al cuidado de las niñas, lo que al principio podía ser el comienzo de la normalidad, sus desvíos sexuales lo destrozaron. Violaba a la mayor Kathy de apenas 9 años y obligaba a la pequeña Cindy de 8 años a mirar.

Se cansó de jugar con las niñas, abandono el hogar para tomar la carretera haciendo autostop.

Durante sus andanzas violaba a mujeres, las mataba y las volvía a violar, cuando finalizaba las descuartizaba y arrojaba sus restos.

Los asesinatos se volvieron más intensos cuando se encontró con su amigo y amante Ottis Elwood Toole.



Ottis Elwood Toole.



Nació el 5 de marzo de 1947 en Jacksonville, Florida. Mostraba un retraso mental desde su nacimiento, pero nadie se preocupo de ello. Su padre abandonó a la familia dejando al bebe en manos de una abuela que pertenecía a una secta satánica, una madre fanática y una hermana perturbada.

A los 7 años se hermana Drusilla lo vestía como una niña y se divertía sodomizando sexualmente.

Era un buen nieto, ayudaba a su abuela a recoger los útiles necesarios para hacer una misa negra e incluso la ayudaba en sus rituales, le llamaba “El niño del demonio”.

Antes de los diez años Ottis ya era un adicto a las drogas.

A los 11 años Ottis es liberado de Drusilla, la llevan a un correccional donde más tarde se suicidaría.

El pobre muchacho ya corrompido y descarriado practica los únicos valores que aprendió desde su infancia. Se hizo amante de su vecino, el cual aprovechó para hacerle todo tipo de vejaciones.

Cansado de su vecino, a los 13 años se ofrece para realizar felaciones gratis a los borrachos. A tan corta edad lo único que había aprendido en la vida era a servir de muñeco roto para otros.

En su interior crece una gran admiración hacia el fuego. Le excitaba quemar objeto y cuanto más grandes eran mayor placer sentía. Cada vez necesitaba objetos de mayor tamaño hasta llegar a quemar casas y verlas arder mientras se masturbaba.

Con 14 años se subió al coche de un desconocido, según Ottis el hombre se propasó con él y sin pestañear lo atropelló. Sin embargo esta declaración de Ottis no se sostenía después del largo historias sexual en el que él se ofrecía gratis, sin embargo por algún motivo, este hombre no le gustó.

Fue a la cárcel por robo, nunca lo asociaron a la red de incendios que asolaba el lugar.

Cuando salio de la cárcel se fue a Nebrasca donde atracó un establecimiento y mató a la dependienta Patricia Webb, sin embargo aunque había testigos metieron en la cárcel a un inocente a Park Estep que cumpliría una condena que no le pertenecía. Mientras Ottis seguía a las andadas.



Las carreteras y los condados son enormes, es muy raro que dos personas se encuentren con facilidad más aún sin conocer la existencia el uno del otro, sin embargo aquí interviene el azar o la prominencia. La cuestión es que Henry y Ottis siguiendo caminos muy diferentes en momentos totalmente distantes de sus vidas se encontraron en Florida y la atracción se vivió desde el primer momento, convirtiéndose en amantes.

Aquí empezaría una historia de sangre. Ottis era el fuerte y Henry el más inteligente, comparado con Ottis.

Viajaron juntos por la autopista I-35 que recorría el país. Este fue uno de los motivos por los que era tan complicado encontrarlos. Los cadáveres estaban descuartizados y tirados en distintos lugares, por lo que no se podía fijar un patrón exacto.

A Henry le gustaban las mujeres de ojos y pechos grandes, practicaba con ellas lo que el Tio Bernie le había enseñado, violarlas, matarlas y volver a violar su cadáver, la segunda violación era la que más le excitaba, su herramienta favorita el cuchillo o la estrangulación, le gustaba ver como la vida se escapaba.

Ottis, sin embargo le gustaban los chicos, los violaba y luego les disparaba, era mucho más sucio, pero eficaz.

Ottis aunque era un asesino peligroso, siempre cumplía con su palabra y cuando lo llamaban para trabajar durante unas semanas él siempre acudía dejando a Henry solo, el cual seguía disfrutando de los placeres del asesinato sin su íntimo amigo.

La diversión pirómana de Ottis seguía en aumento, entre los dos se divirtieron quemando una casa mientras el dueño agonizaba desde la ventana pidiendo auxilio. Para Ottis fue el mejor orgasmo.

Si estos dos asesinos eran imparables, peor fue cuando la sobrina de Ottis se apunto a esta extraña pareja. Embelesada por el encanto de Henry, Becky insistió en acompañarlos.

Tenía un cuerpo muy menudo parecía tener 10 años; de lo que se aprovechaban para su macabro jueguo. Becky llamaba a las puertas de las casas pidiendo auxilio y cuando los despreocupados dueños abrían se encontraban con la fuerza de Ottis sobre ellos. Numerosas casas fueron allanadas bajo este juego y mucha gente apareció muerta y descuartizada.

Como se suele decir tres son multitud y esto es lo que ocurrió con este grupo. Henry convirtió a Becky en su novia, lo cual creo muchos problemas con Ottis. Henry deseaba ser normal, tener una novia y una vida como las que tenían las personas a las que habían matado.

Henry y Becky se marcharon juntos a cuidar a una señora mayor Kate Rich, se hicieron pasar por amigos pero en cuando la vieja se dio cuenta de que los roces que tenían no eran los de unos simples amigos, los expulsó de su casa.

Finalmente se fueron a vivir a una comuna en Stoneburg, Texas donde Henry encontró trabajo donde vivían una vida normal. En ese momento Becky extrañaba a su familia y suplicaba a Henry ir a visitarla. El hombre no estaba de acuerdo, sabía que si ella volvía a casa, la familia la alejaría de él. Fueron tantas las súplicas de la pequeña que finalmente accedió.

En las carreteras haciendo autostop. Henrry y Becky tuvieron una terrible discusión, por un momento Becky se convirtió en su madre, le recordó tanto a ella que solo deseo silenciarla y lo hizo de la única manera que sabía, a golpe de cuchillo. Una vez muerta la violó, después diría que fue el mejor polvo que tubo con ella.

En lugar de seguir las carreteras como había hecho siempre, se fue a la casa de la anciana que habían cuidado, le dijo que Becky la necesitaba, con esta mala excusa consiguió que la vieja lo acompañara; después la mataría y quemaría sus huesos.

Volvió a la comuna al pastor Ruben Moore, a este le pareció muy extraño que Becky no apareciera, desconfiaba de Henry su instinto le decía que no era trigo limpio, aunque no se imaginaria hasta que punto.

La policía se presento en la comuna y se lo llevó. Al principio no dijo nada, se mantenía tranquilo y sereno, pero el policía que llevaba el caso, Conway, fue muy inteligente, le privó de todos sus vicios durante 48 horas, acabó confesando todos y cada uno de sus crímenes. En esa confesión se incluía a Ottis.

Ambos presos confesaron cada uno de sus delitos, desde los que hicieron por separado como juntos.

En sus confesiones nos encontramos cosas tan aterradoras como que a Ottis le gustaba comer carne y beber sangre humana, Hay una parte de su confesión que nunca estuvo muy claro. Indicaban haber trabajado para una secta satánica que violaban y sacrificaban niños. Ellos se encargaban de llevar los sacrificios y también aprovechaban el secuestro de estos pequeños para venderlos en Méjico donde los torturaban para hacer películas snuff y pornografía. Este dato nunca se pudo demostrar.

En una conversación encararon a Ottis con Henry, pensaron que se culparían el uno al otro, pero lo que hicieron fue jactarse sobre sus víctimas y Ottis perdonó que Henry matara a la joven Becky.

Se demostró la muerte de 157 muertes aunque se cree que el número es mucho más elevado, se calculan entre 300 y 900 asesinatos.

Durante el tiempo que estuvo preso Henry confesó crímenes que no había perpetuado, solo por placer. Muchos fueron los que quisieron inculparles dichos crímenes para así cerrar las largas listas de desaparecidos, pero fue el fiscal quien pese a la presión de sus compañeros y que además tuvo un juicio en el que tuvo que representarse a si mismo, demostró que Henry Lee había mentido en algunos crímenes simplemente para seguir llamando la atención pública, por una vez en su vida era el centro de atención, era un personaje televisivo, tenía todo lo que pudiera soñar, excepto la libertad.
Ottis moría en 1996 a causa de una cirrosis.

A los 64 años de edad el 12 de marzo del 2001 Henry Lee Lucas fallecía en la cárcel.







sábado, 15 de marzo de 2014

Pedro Alonso López. El monstruo de los Andes




Uno de los asesinos más sanguinarios que circuló por Colombia, Ecuador y Peru. Se estima que asesino a más de 300  niñas y jóvenes. 110 en Ecuador, 100 en Colombia, y más de 100 en Perú.

Su padre fue miembro del partido conservador de Colombia, se llamaba Magdaro. Murió al encontrarse en medio de un tiroteo, cuando Pedro solo tenía 6 meses de vida.
Belinda López, su madre, se encontró sola al cargo de 7 hijos. Su trabajo como prostituta hizo que su prole aumentara a un total de 13 hijos, acrecentando su hambruna y pobreza.
Todos los hermanos dormían en una sola cama. La otra habitación que había en la casa era la que usaba Belinda para llevar a sus clientes; con lo cual su profesión no pasaba desapercibida para sus hijos.
A la edad de 9 años intentó mantener relaciones sexuales con su hermana menor. La madre interrumpió la escena cuando le tocaba los pechos. Esta horrorizada expulsó a su hijo de casa, años más tarde desmentiría está acusación.
A tan corta edad deambulaba solo por calles violentas y desnutridas. En aquel momento las muertes eran el pan de cada día, era un momento muy tormentoso en el país, las continuos brotes d violencia se disparaban por cualquier motivo. La criminalidad se disparaba y Pedro era un testigo inocente de ello.
Mal vivía en las frías calles cuando un hombre se le acercó para ofreciéndole comida y un lecho calido donde dormir. Ingenuo y esperando que su suerte cambiara acepto sin miramientos. Lo que no sabía es que ese hombre que le tendía la mano era un pedófilo en plena caza.
Se lo llevó a un edificio abandonado donde lo violó repetidas veces y después lo abandono a su suerte. Este oscuro episodio hizo mella en su ser. El mismo confesó que después de ese día deseaba que todo el mundo sufriera su mismo tormento.
En las calles se convirtió en un niño desconfiado y agresivo. Aprendió a sobrevivir a través de los gamines (niños que viven en la calle). La violencia entre ellos nada envidiaba a la de los adultos. Peleas con cuchillo, robo de comida, vandalismo, atracos, etc. Haría cualquier cosa por sobrevivir.
Unos ancianos estadounidenses vieron a Pedro, que ya contaba con 9 años y se apiadaron de su infortunio. Invitaron a Pedro a vivir con ellos. Después de la desventura que había sufrido fue muy receloso, pero finalmente aceptó.
Durante 3 largos años, la vida de Pedro era todo lo que un niño necesitaba tener, un lecho donde dormir, comida caliente, asistía al colegio y recibía la atención de unos padres cariñosos.
Sin embargo la mala fortuna se cernía sobre el futuro de Pedro. Un día de colegio los alumnos ya se habían marchado a sus casas cuando el profesor pidió a Pedro que se quedara un poco más. Se aprovechó sexualmente del pobre niño.
Con 12 años escapó abandonando la comodidad de su nuevo hogar. No quería volver a pasar por aquel infierno, no quería volver a sufrir aquellas humillaciones.
Volvió a las calles cometiendo pequeños hurtos que no le valieron para entrar en la cárcel pero si para que la policía le propinara una paliza. Esta surte cambio con 21 años, cuando lo atraparon por convertirse en un hábil ladrón de coches.
Dentro de la prisión volvió a ser violado por los reclusos, aquello de lo que había huido a los 12 años volvía a repetirse. Esta vez no era un niño y se vengo cortándole el cuello a uno de sus violadores.
Fue la primera vez que sintió como la vida escapaba de los ojos de un ser humano y se deleitó con ello.
Al salir de la cárcel se convirtió en un vagabundo sin rumbo. No tardó en fijarse en las niñas y en las jóvenes indígenas que andaban por las calles sin vigilancia, fantaseo con matarlas; hasta que esas fantasías se convirtieron en realidad.
Comenzó la matanza en Perú, allí sembró 100 cadáveres de jóvenes indígenas a las que mató y violó.
Sus victimas eras niñas de condición humilde y de raza indígena. Atacaba a los menos desfavorecidos ya que sus familias no podías costearse una investigación. Vigilaba y perseguía a sus victimas durante días y cuando estaban solas aprovechaban para llevárselas con malas excusas ganándose la confianza de las pequeñas.
Anhelaba secuestrar a niñas de raza blanca, pero podría traerle complicaciones. Los padres rara vez se alejaban de la niña lo suficiente para que el pudiera intervenir, además muchos tenían poder económico, podían movilizar a la policía y a los medios en su contra.
Mataba a las niñas al amanecer, cuando el sol golpeaba con sus primeros rayos, observaba a la niña fijamente mientras la estrangulaba y cuando el sol brillaba resplandeciente, era el momento en que las niñas expiraban. Un acto de poesía morbosa.
Las enterraba todas juntas, en fosas comunes, pues si no sus muñequitas (como él las llamaba) se aburrían si estaban solas.
En Perú intentó abusar de una niña de 9 años, fue interceptado por los indios Ayacuchos. Lo torturaron durante horas y  lo enterraron hasta el cuello, le untaron la cabeza de miel para que las hormigas lo devoraran; una muerte lenta y terrible.
Una misionera que pasaba por la zona dialogó con los indios para que lo soltaran y lo llevaran ante las autoridades. El final de este suceso tiene dos partes, la de Pedro que dice que la mujer lo abandonó en la frontera de Colombia y el de la mujer que afirma haberlo entregado a las autoridades.
Al investigar la entrega a las autoridades, nos encontramos con que la policía de Perú no quería invertir dinero en saber si ese extranjero era realmente un asesino o no, lo más fácil era deportarlo a Ecuador.
La desaparición de una niña indígena llamó la atención de los criminales. Como indicamos un poco más arriba, Pedro se fijaba en que la niña fuera indígena por su clase social baja, sin embargo esta vez se equivocó. Los padres de la niña de clase media, movilizo a la policía.
Fue a partir de este momento que empezaron a ver las desapariciones como un suceso de gravedad. Hicieron varias hipótesis, una de las más barajadas era el comercio sexual de menores.
Con la llegada de las lluvias, aparecieron las riadas y las inundaciones; la tierra removida dejó al descubierto cuatro cadáveres. Claramente había un asesino en la comunidad, sin embargo, no se llegó a descubrir nada más. La investigación quedó paralizada.
Pedro no se asustó ante la aparición de sus muñecas, es más, deseaba aumentarla. Fue a un supermercado, no a comprar si no a secuestrar. Allí se encontraba Carvina Poveda que estaba comprando con su hija Marie, una niña que no pasó desapercibida para Pedro. Una vez más, como tantas otras, intentó llevarse a la niña. La madre que estaba atenta, gritó socorro mientras corría detrás de él. Pedro no era un gran deportista y había mucha gente en aquel supermercado, no tubo oportunidad de escapar.
Cuando lo entregaron a la policía el hombre decía incoherencias, pensaban que era un loco. En el interrogatorio confeso la muerte de más de 200 jóvenes. En un principio lo tomaron por un charlatán con ganas de saltar a la fama.
Al ver que su público no lo creía, se ofreció a llevarles a sus fosas comunes. En una de ellas se encontraron 53 cadáveres. Cierto es que muchas de las fosas estaban vacías, los investigadores lo achacaron a las inundaciones y a los animales que merodean la zona.
En ese momento se le empieza a tener en cuenta y su fama eclipsa los medios públicos. Varios profesionales criminólogos hacen colas para poder entrevistarse con él. Programas de televisión y documentales hablan de su vida. Lo presentan como el Monstruo de los Andes.
Pese a la gravedad de sus delitos, la condena máxima en Ecuador es de 16 años de cárcel. La indignación por parte de familiares y del pueblo era notoria. Con apenas 14 años de cárcel el monstruo volvía a ser libre.
Las autoridades guardaban un as en la manga, en cuanto Pedro tocó suelo ecuatoriano fue detenido por inmigrante ilegal y fue exportado a Colombia donde le esperaba una celda.
Poco tiempo estuvo en la cárcel, debido a su salud mental lo internaron en un sanatorio.  Lo diagnosticado como una persona peligrosa que volvería a matar en cuanto tuviera ocasión. Los criminólogos lo tachaban de un asesino Hedonista, lo que mataba no era a la niña, sino la inocencia, la misma que le arrebataron a tierna edad. Tenía un deseo necrófilo disfrutaba viendo como las vidas de las niñas se extinguían, ese momento era su máximo placer.
Pese a todos los diagnósticos desfavorecedores fue  liberado con la única obligación de presentarse una vez al mes en el sanatorio. No volvieron a verlo en aquel lugar desde el día que lo abandonó.
Los familiares con sed de venganza pusieron precio a su cabeza.
La última vez que alguien lo vio, fue su madre. Después de muchos años volvió a su hogar; su asustada madre pensó que venia a matarla. Muy lejos de esas intenciones, Pedro solo deseaba dos cosas: dinero y una bendición maternal.
La Interpol lo declaró en búsqueda y captura. Caía sobre él la sospechosa de los asesinatos de El espiral.
A día de hoy nadie sabe donde esta, ni si sigue vivo.